Durante los saqueos, prácticamente cualquier cosa de valor va a parar al botín: ropa, dinero en efectivo de las casas de cambio, medicamentos de las farmacias, teléfonos celulares y leche en polvo.
Hemos comprobado en varias farmacias cómo algunos usuarios intentan introducirlas para conseguir productos altamente controlados como ansiolíticos y sedantes.