Otro estudio de la universidad de Nottingham mostró que el cacao aumenta el flujo sanguíneo en determinadas zonas de nuestro cerebro durante unas dos o tres horas.
En las zonas más comprimidas, los nervios, arterias y venas pueden bloquearse y limitar las señales nerviosas, lo que provoca sensación de adormecimiento, reduce el flujo de sangre en las extremidades y las hincha.
De uno de esos barrios subió hacia el Portal del Señor un día como hoy a la oración, herido en la frente, sin sombrero, arrastrando la cola de un barrilete que de remeda remiendo le prendieron por detrás.