Aquellos antepasados nuestros se entrenaban para ser verdaderos atletas de la memoria, y los más dotados podían recordar poemas enteros con miles de versos.
Según White, el mundo conocía bien la guerra de Colón: Cómo los sabios de España lo confrontaron con citas de los Salmos, del apóstol Pablo y de Agustín.
Aún puedo repetir muchos hexámetros de aquel hondo poema que se titula Tse Yang, pintor de tigres, que está como rayado de tigres, que está como cargado y atravesado de tigres transversales y silenciosos.