Contó que se habían sacrificado cuarenta pavos y once cerdos para los invitados, y cuatro terneras que el novio puso a asar para el pueblo en la plaza pública.
Por cierto, Cristian dijo que su hermana abrió un barcito en el centro y están abiertos hasta tarde y que si compramos algo de comer, ella invita a las polas, como están de apertura.