En sus más de 50.000 metros cuadrados, lucen imponentes mausoleos, bóvedas de mármol y bronce, cenotafios de los más diversos estilos arquitectónicos, templos griegos e incluso pirámides egipcias.
Los obreros se volvieron sorprendidos. El más joven era de veinte años, tenía el apodo de Cabeza de Cobre por el color de sus pelos. El otro era ya viejo.
A los pies de la escultura de Juan, el Amante, aparecen dos leones tallados en bronce que simbolizan valentía y fuerza, y por esa misma razón su mano izquierda reposa sobre el pecho.
Entre el 1800 y el 1250 a.C. se desarrolla una larga y compleja etapa llamada Edad del Bronce, en la que el dominio progresivo de la metalurgia del bronce permite obtener herramientas más eficaces y variadas.
La escultura, que está hecha de bronce y tiene 70 centímetros de altura, representa una paloma blanca con el pico dorado, regordeta como todas las obras de Botero, y reposa sobre una base que mide un metro.
La cabeza, que parecía medalla y figura de emperador romano, y de color de bronce, estaba toda hueca, y ni más ni menos la tabla de la mesa, en que se encajaba tan justamente, que ninguna señal de juntura se parecía.