Le dije que si, por favor, podían cerrar los ojos, no los cierren, si podían escuchar su corazón, sentir el corazón sin tocarse el corazón o, en general, la yugular.
De una tela encantadora, color tabaco con brillo de seda, la falda con delicados arrequives y frunci- dos; el corpino a la última moda, con un pequeño volante de fino encaje en el cuello.
Las articulaciones de los dedos son las que crujen con más facilidad, pero muchos también hacen crujir las articulaciones entre las vértebras del cuello y la espalda, y hasta de sus caderas, muñecas y hombros.