Dicen que tienes que alejarte de algo para comprender de verdad cuánto lo amas.
Puede que sea verdad.
Aún así, a mí no me hizo falta alejarme para darme cuenta.
Pero quizá sí fue entonces, desde la distancia, cuando me di cuenta de la falta que me hacía.
Nací en Menorca, soy menorquina, y estoy enamorada de mi isla.
Lo que más me hace falta es eso, mi casa.
Mi hogar, mi tierra, mis gentes.
Que no es que sean mías, pero sí son lo que más asocio a mí.
Lo que me ha hecho ser como soy a día de hoy.
La isla, que junto a sus tranquilas y limpias playas, sus pequeños y acogedores pueblos, y sus largos y preciosos senderos, como es el Camí de Cavalls, que rodea el litoral de la isla, fue proclamada, hace unos años ya, reserva de la biosfera, por la conservación y protección de gran parte de su biodiversidad.