每日西语听力

当前播放

三个梦游者的苦痛1

Ahora la teníamos allí, abandonada en un rincón de la casa.

Alguien nos dijo, antes de que trajéramos sus cosassu ropa olorosa a madera reciente, sus zapatos sin peso para el barroque no podía acostumbrarse a aquella vida lenta, sin sabores dulces, sin otro atractivo que esa dura soledad de cal y canto, siempre apretada a sus espaldas.

Alguien nos dijoy había pasado mucho tiempo antes que lo recordáramosque ella también había tenido una infancia. Quizás no lo creímos, entonces.

Pero ahora, viéndola sentada en el rincón, con los ojos asombrados, y un dedo puesto sobre los labios, tal vez aceptábamos que una vez tuvo una infancia, que alguna vez tuvo el tacto sensible a la frescura anticipada de la lluvia, y que soportó siempre de perfil a su cuerpo, una sombra inesperada.

Todo esoy mucho máslo habíamos creído aquella tarde en que nos dimos cuenta de que, por encima de su submundo tremendo, era completamente humana.

Lo supimos, cuando de pronto, como si adentro se hubiera roto un cristal, empezó a dar gritos angustiados; empezó a llamarnos a cada uno por su nombre, hablando entre lágrimas hasta cuando nos sentamos junto a ella, nos pusimos a cantar y a batir palmas, como si nuestra gritería pudiera soldar los cristales esparcidos.

Sólo entonces pudimos creer que alguna vez tuvo una infancia.

Fue como si sus gritos se parecieran en algo a una revelación; como si tuvieran mucho de árbol recordado y río profundo, cuando se incorporó, se inclinó un poco hacia adelante, y todavía sin cubrirse la cara con el delantal, todavía sin sonarse la nariz y todavía con lágrimas, nos dijo:

"No volveré a sonreír".

Salimos al patio, los tres, sin hablar, acaso creíamos llevar pensamientos comunes.

下载全新《每日西语听力》客户端,查看完整内容
点击播放