Este es uno de los momentos más importantes de mi vida y eso es justo lo que pensé cuando terminé mis estudios y tenía que buscar un trabajo.
Mis padres siempre me habían dicho «Eva, tú estudia para ser alguien el día de mañana».
Y lo había hecho, o sea, había cumplido.
¿Qué pasaba entonces?
Me encontraba como en el momento más crítico que yo creía que iba a definir mi futuro profesional, el posible éxito o el temido fracaso.
Y tenía tanta ansiedad, os lo prometo, por fracasar, por decepcionar, que me apuntaba a cualquier oferta que apareciera en Internet de beca a recursos humanos.
Yo decía, Logroño, nos vamos para Logroño, me da igual.
Lo importante es trabajar de lo mío.
Y no sabía cómo iba a sobrevivir yo con los 200 euros que me iban a pagar.
Yo decía, bueno, si me cogen, ya veré lo que hago.