Sr. Presidente, colegas todos: Vivimos en una era repleta de desafíos.
La pandemia de COVID-19 sigue en propagación, la seguridad internacional enfrenta incertidumbres, la recuperación económica global es frágil y tortuosa, y los retos y crisis de toda índole no dejan de surgir.
El mundo ha entrado en un nuevo período de turbulencias y transformaciones, y los cambios no vistos en una centuria están evolucionando con celeridad.
Vivimos también en una era llena de esperanzas.
Con el desarrollo a fondo de la multipolarización mundial, la globalización económica, la informatización de la sociedad y la diversificación cultural, los países se están volviendo cada vez más interconectados e interdependientes.
La paz y el desarrollo siguen siendo el tema principal de nuestro tiempo, y los pueblos del mundo albergan aspiraciones cada vez más vehementes por el progreso y la cooperación.
¿Cómo debemos responder a los requerimientos de nuestro tiempo, captar la tendencia de la historia y construir juntos la comunidad de futuro compartido de la humanidad?
La respuesta de China es firme y clara: Primero, debemos defender la paz y oponernos a la guerra y la turbulencia.
El Presidente Xi Jinping ha indicado que la paz, como el aire y la luz solar, no la percibimos cuando estamos beneficiándonos de ella, pero apenas podremos sobrevivir cuando la perdamos.
La paz constituye la premisa de cualquier futuro hermoso, y la base de la seguridad común de todos los países.