Abrir los ojos al despertar y tener la certeza de que hace buen tiempo es una de las razones por las que paso mis vacaciones en este rincón de Andalucía, el Cabo de Gata, cerca de Almería.
Bate el récord de horas de sol en España, el polo opuesto de lo que vivo en París el resto del año.
Las playas de este gran parque natural son paradisíacas, pero a veces una se cansa de estar a la orilla del mar.
Es entonces cuando le pregunto a la mujer del chiringuito, ¿qué puedo hacer?
Pues vete a los albaricoques.
¿A los albaricoques?
Pensaba que me estaba mandando a tomar viento, pero no.
Mira, me dice, coges el camino de tierra detrás de la mina abandonada y los sigues.
Al final del camino encontrarás el pueblo de Los Albaricoques, donde grababan las películas del lejano oeste.
La aventura promete.
