La pregunta que yo recibo muy a menudo es: "¿Podemos entrenar nuestro cerebro para vivir mejor?
¿Es verdad que puedo cambiar mis habilidades, que puedo tener mejor humor y que puedo quitarme la inseguridad que siento, que puedo ser menos tímido o menos tímida, que puedo gestionar mejor lo que me pasa a nivel emocional?".
Y la respuesta rotunda es que sí, que podemos, que nuestro cerebro se entrena, que podemos cambiar nuestras conexiones neuronales.
Y eso es algo que, por suerte, lo tenemos ya al alcance.
Existen entrenamientos cerebrales para cambiar cómo nos sentimos, lo que hacemos, nuestro tipo de pensamientos y, en definitiva, para vivir mejor.
El comprender que nuestro cerebro tiene un grado de evolución menor al que nosotros necesitamos hoy en día es un punto de partida importante para saber que nosotros tenemos que programar nuestro cerebro para que nos dé aquello que de manera natural no nos da.
Y nosotros, por biología, estamos formateados, estamos programados, para que nuestra primera prioridad a nivel cerebral sea defendernos de las amenazas.
Pero eso nos deja fuera de algo que es importantísimo hoy en día, que es aprovechar las oportunidades: que nuestro cerebro nos dé el impulso para ir a conseguir aquello que nos va a hacer crecer y que puede que sea una novedad.
Pero nuestro cerebro, de manera biológica, está programado para hacernos sentir temor ante cualquier situación que sea novedosa y que él no pueda identificar cuál es el resultado de esa situación.
En el día a día, nos ocurre todo el tiempo: tener que entregar un proyecto, exponernos a algo, un cambio profesional, un cambio personal, exámenes...