Hoy vengo a decir algo que seguramente sorprenda a muchos: los jóvenes leemos.
Sí, leemos.
Y no me refiero solo a Twitter o WhatsApp.
No, los jóvenes leemos literatura.
Nos encanta, nos apasiona la literatura.
Además, lo peor de los jóvenes no es que leamos.
Es que no lo tenemos miedo a nada.
Sí, somos unos temerarios.
Lo mismo nos da leer un tocho de 800 páginas, un poemario de 50, un libro de hace dos siglos, un libro reciente, novela romántica, realismo, ficción, fantasía; nos da igual.
Leemos todo lo que se nos ponga por delante, y nos encanta, nos divierte.