El océano en estas latitudes es impredecible e inquieto.
Las olas estallan una tras otra contra los acantilados.
En las cavidades de sus paredes, una pareja de cormorán imperial busca un lugar en la colonia para formar su nido.
Construyen su hogar con algas y con el pasto que encuentran en la costa.
El excremento acumulado en los nidos supo ser la base de una gran industria mundial, cuando no se conocía otro tipo de fertilizantes.
Es hora de alimentarse, y la hembra levanta vuelo.
Sus alas atraviesan con fuerza el viento patagónico, mientras observa el mar debajo de ella.
El bosque de algas estalla de vida.
Su extraordinaria capacidad de buceo le permite obtener gran variedad de peces y crustáceos.
Esta incursión en el océano ha terminado.
