Érase una vez, en lo más profundo del bosque, tres cerditos que eran hermanos.
Como todos los animales del bosque, los tres cerditos vivían asustados por la amenaza del lobo feroz, que acechaba día y noche para comérselos.
Un día, decidieron que la mejor manera de protegerse del lobo era construirse una casa.
El más pequeño de los tres hermanos, que quería acabar pronto para poder irse a jugar, construyó rápidamente su casita con paja.
Y su hermano, el cerdito mediano, cuando vio a su hermano jugar, se apresuró para terminar su casita, que estaba construyendo con madera.
El más mayor de los tres hermanos, que estaba trabajando duro para construir su casa de ladrillo, les advirtió: - ¡Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas!
Pero sus hermanos le ignoraron y siguieron jugando alegremente.
Entonces, desde detrás de unos arbustos, el lobo feroz se abalanzó sobre el más pequeño de los cerditos.
Éste consiguió escapar y corrió hacia su casita de paja, donde se encerró.
El lobo, al ver la casita tan débil, sopló y sopló, y la casa de paja se derrumbó.