¡A ti, a ti, a ti! No hay quien viva, aquí no, aquí no.
¡Una vez me ha tragado dos cerebros esta máquina, oye!
Señor, a ver, que al final ya se la va a acabar cargando.
Todo el santo día para sacar un paquete, ya está bien, ¿no?
Ya está bien. Y a ver si lo arreglas de una vez, que todos
los días me pasa lo mismo.
No te manjesa.
Vámonos, chicas, que ya le levanto otro paquete a este gilipollas.
Marisa, ¿te estás matando?
Qué morro tienes.
No pensé en lo que tengo que crezcar.
Ese es el verdad.
¿Qué coño he hecho a la return? ¿Qué pesaso tanto?
Hombre, buenas noches, señor Guango. ¿Qué pasa?
Bueno, aquí, con éste que viene de mornos.
¿Qué te pasa, tío?
Que no me gusta ir a Taekwondo, ya no sé cómo decirselo.
Pero tienes que hacer ejercicio, hijo, tu cuerpo está en plena formación.
No te entiendo, ¿te estás pagando para que me perden?
Defiéndate, chaval, defiéndate.
Si te preparas para cuando seas un adulto, la vida es lucha.
José Miguel, la vida es dar y recibir, hijo mío.
Es dar y recibir.
¡Hombre, mira quién está aquí!
¿Cuándo va a convocar usted a la junta?
Queremos depresidentar a Chica Nueva.
Eso lleva mucho tiempo, hasta que no terminen las cuentas del ejercicio.
Venga, hombre, la junta la vamos a convocar nosotras.
Si este es como una garrapata, no suelta el cargo ni a tiros.
Vamos a ver, vamos a ver.
Váyase, señor Cuesta, váyase.
Hola, ¿y ahora el ascensor que no funciona?
Si aquí no funciona nada, ¿pero qué hace usted con nuestro dinero?
Chorizo.
¿Y tanto? Chorizo, chorizo y medios usted.
¿Tengo yo las piernas?
¿Cómo para subir escaleras?
Lo que quieres es que nos dé un hamacuco
para morirnos nosotras y perdernos de vista.
No va, chaval, esto es recibir.
Tu padre, no especialista, ¿eh? Recibi.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Todos los días son así, no podía imaginarlo cuando vine aquí.
Solo buscaba algo de par.
Me atrevo cada día a medio de un huracán.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Si la casa sobrenoche derrumba, al portero no le puedo encontrar.
Los retinos me vigilan y escuchan, aguanto este lugar.
Me prendo en una copelera, tengo un terremoto y un bolsán.
Aquí, atrás de esta escalera.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no.
¿Qué vas, de bota?
No, a poner hamburguesas.
Pero yo por lo menos trabajo.
¡Eh, eh, eh!
Que me han llamado del casting y me han cogido para el anuncio.
¿Qué me dices?
¿Qué me dije?
Pero he dicho que no.
¿Pero por qué?
Pero no pagaban dos mil euros.
Sí, pero es que es el típico anuncio de crema anticeleulítica
que tenía que enseñar el culo y no.
¡Coño, pues lo enseñas, Alicia, que nos van a cortar la luz!
Belén, yo tengo una carrera artística.
Un desnudo no es bueno para mi imagen.
Pero qué carrera, Alicia, ¡qué carrera!
Llama que lo hago yo.
Bueno, tú es que no tienes cuerpo para eso.
No es nada de estas cremas anticeleulíticas.
Pues yo soy la foto de antes.
Oye, ¿trae menos alitas de cebolla o algo cuando vuelvas?
Un poquito la mierda.
Pero sí es para ahorrar, mujer.
Bueno, entonces ya está todo terminado, ¿no?
¿Cómo te ha quedado el piso, chaval?
Es que no te lo crees.
¡Y en dos semanas!
Han sido tres.
Bueno, pero a mí se me ha pasado muy rápido.
Normal, no ha aparecido por aquí.
Bueno, venga, el cheque.
Ah, es que me dijo Lucia que es...
Que es broma, hombre.
Qué bien vives, chaval.
Tu suegro te paga el piso, la novia te paga la reforma.
Y tú te pagas, chaval. ¿Qué vas?
¿De dignio por la vida?
Buenas.
Qué bien lo pasáis, ¿eh?
Sí, sí.
Es que este hombre me mata.
Dice unas cosas.
Toma, el cheque.
Bueno, ¿qué?
¿Te gusta cómo ha quedado?
Mucho.
Pues venga, vámonos a ver muebles.
¿Ahora?
Vamos, chaval, que te sacan de compras como a la preti guapan.
Bueno, pero este tío no se calla nunca, ¿eh?
Ya está, ya está.
¿Me van a llamar al telefonillo?
Si conocés solamente así una vez, basta.
¿Es usted el portero del inmueble?
Sí.
Soy del ayuntamiento.
Juro que me vas a que viene y pago toda la multa.
No, no, soy de la Consejalía de Medio Ambiente.
Y vengo para informarle del nuevo plan de gestión de residuos urbanos
y para traerle los nuevos cubos de basura.
No, pero si ya tengo cubos.
Ya, pero es que este solo es para residuos orgánicos.
A partir de ahora, el amarillo es para envases de metal, plástico, tetrabrics,
el azul para papel y cartón y el verde para vidrios.
Ah, muy cómodo.
O sea que ahora en vez de un cubo tengo que sacar cuatro.
Mira, aquí tiene unos folletos para los vecinos.
Viene todo muy bien explicado.
Ah, y unos carteles de sensibilización.
Si tiene cualquier duda, consulte nuestra web.
Buenos días.
Pero un momento, ¿pero qué hago yo con todo esto ahora?
Cubo aquí.
¿Quién ha puesto ahí esa moto?
La verdad que yo murí exploto aquí, ¿verdad?
Paloma, tengo que hacer algo.
Los vecinos no me quieren, están hostiles.
¿Qué no, Juan? ¿En qué lo has notado?
Me insultan cuando se cruzan conmigo.
¿Pero eso no quiere decir que no te quieran como presidente?
Tú confía en mí.
Me voy, hasta luego.
Adiós, hija. Ten cuidado.
¿Ey, ey, ey? ¿A dónde vas tú así?
A un cumpleaños, papá.
¿Y tú quién eres, la que sale de la tarta o qué?
¿Por qué no te pones esto, hija?
Que lo acabo de planchar. ¿Te hace juego?
Eso es un pijama.
Claro, anchito, vas más cola.
Natalia, tú así no puedes salir a la calle.
Tranquilidad, que os noto muy tensos.
Vosotros lo que tenéis que hacer es aprovechar
que os quedáis solos e iros al dormitorio
y relajaros un poquito, que ya hace mucho que no se os oye.
¡Hala!
Hasta luego.
¿Qué ha dicho?
Yo me he quedado muerta, Juan.
¡Oye!
Hola, Natalia. Hola, Emilio.
Señor Cuesta, ¿dielos tú un momentito?
Emilio, ¿a ti no te parece que mi hija va un poco excesivo?
No, la niña va bien.
La niña va como van ahora todas las niñas.
Muy bien.
Bueno, ¿qué querías?
Ah, sí, mire, que han estado aquí del ayuntamiento.
¿Y por qué les abres?
No, que es que dicen que están sensibilizados
con la basura urbana y que tenemos que reciclar.
Ah, muy bien.
Pero yo creo que esto es mejor no hacerles caso,
porque esto es un follón. Emilio, Emilio, hay que ser solidarios.
El reciclaje es el futuro.
La ecología, desarrollo sostenido, ¿comprendes?
Ya, si esto es muy bonito,
¿pero qué hago yo contra cubos de basura?
¿Meterlo en mi casa? Hombre, sí me gusta, que tengas iniciativa.
Además, esto no va a venir a mí muy bien
con los vecinos, ¿sabes? A ellos les va a gustar saber
que tienen un presidente que se preocupa
por el medio ambiente.
Ah, que reparte los folletos y explícaselo a todos.
¿A qué cima tengo que explicarlo yo?
Ah, ya le ha faltado algo.
¿Qué es esto?
¿Reciclaje?
¿Lo ven? Tres cubos,
una bolsa de residuos.
Un pequeño esfuerzo para usted supone
un gran beneficio para todos.
O sea, que el cartón hay que echarlo en el amarillo.
No, ahí hay que echar el vidrio y en el azul hay que echar los plásticos.
No, no, no, vamos a ver.
El azul va el cartón,
en el verde va el plástico,
en el amarillo va el vidrio,
y luego la de más basura,
pues la echan ustedes en el gris,
en el de toda la vida.
Macho, a ver si te aclaras, porque cada vez nos dices una cosa.
Los involterios de las magdalenas,
donde hay que echarlos.
¿Por qué eso qué es? ¿Papel, cartón o residuo orgánico?
Yo qué sé, señora.
Eso míralo usted aquí en el folleto.
¿Es que no viene? Sí, viene, claro que viene.
¿Cómo no va a venir? Aquí viene todo.
Esto es lo que se trata, es que por la ventanilla
le vayan dando a ustedes vuelta y vuelta
y vuelta y vuelta, que se marean de tanta letra.
Esto es un paipai maravilloso,
se da un poco de aire y vámonos otra vez,
vuelta y vuelta.
Mire, yo lo siento, pero yo me voy porque yo tengo que explicarle
esto al de enfrente, al de arriba, al de abajo.
Usted me entiende, ¿no?
Y tanto reciclaje como que no.
Yo no he entendido nada. Vicenta, ¿tú has entendido algo?
Regular.
Yo me voy a vanicar, que es lo único que he entendido.
Sí, sí, sí.
Qué precioso todo, pero me puedes explicar
dónde meto yo en esta cocina tres cubos de basura.
Pero yo qué sé, pero si yo soy un mandao.
¿Sea qué dicen que hay que conservar el medio ambiente?
Ah, el medio ambiente.
¿Y los coches envenenándonos con un C2?
¿Y las fábricas vertiendo residuos en los ríos?
¿Y la tala indiscriminada de los árboles?
¿Y el agujero de la capa de ozono?
No, contesta, dime. Hombre, por favor, que yo soy
el limpio desde hace muchos años.
¿Será posible
la charla que me ha dado el tío asqueroso este?
Yo lo tiro todo junto.
Si luego quieres separarlo,
separalo tú. Y así te ganas el sueldo.
Y no me vengas con chorradas,
que tengo muchas cosas que hacer.
¡No está así que la reciclaba yo! Pero vamos...
Mira, que tenés que raciglar.
Y si no os gusta, os aguantáis.
¡Venga ya, hombre!
Pero bueno.
¡Cuidado, que me tiras!
¡Lidia Concha, se circula por la derecha!
¡Qué viene Concha! ¡Saca el dinero!
Si entro hoy en 15 días, no cobro.
¡Me cago en...
¡Está ahí!
¡Soy yo, Concha!
¡Entro!
¿Dónde estáis?
¡Venga por lo del alquiler!
¡Si hubieras enseñado el culo!
¡Qué miedo me da esta tía!
Alicia, no podemos seguir huyendo de los problemas.
Tenemos que enfrentarnos a ellos.
¡No!
¿Qué os creéis? ¿Que soy tonta?
No, es que se anima fuera a fumar.
Para que no huelas.
Mi dinero.
Sí, verá, Doña Concha, yo estoy trabajando en...
No lo tenéis.
No, pero si usted pudiera ser un poco comprensiva, nosotras...
Claro que sí.
Si no tenéis el dinero, no os preocupéis.
¿De verdad, Doña Concha?
Os quiero en la calle en dos días.
Y el piso limpio.
¡Guarras!
¿Qué hacemos?
Creo que un empujoncito por las escaleras.
Estoy hablando en serie.
¿Y yo?
Marisa, por favor, dejad de fumar.
Ya me salí del balcón, ¿me quiere dejar en paz?
No puedo seguir viendo cómo te mata sin hacer nada.
¡Tome ese paquete!
¿Qué haces, Vicenta?
¡No te pongo!
Aquí no se fuma más.
Oye, guapa, tú tienes tus vicios y yo los míos.
Tú el punto de cruz y yo el tabaco.
No me importa cómo te pongas.
Esta casa es mía y te prohíbo que fumes aquí.
Pues ahora me voy.
¿Dónde vas?
¿Prefiero seguir viviendo como una persona y morir con dignidad?
Que perder la dignidad y morir como una persona.
Pero, ¿qué dices?
No sé.
¿No ves cómo no puedo dejar de fumar?
Que me pongo muy nerviosa.
¡Vamos a ver!
Si mi marido dice que hay que reciclar,
pues hay que reciclar.
Y punto en boca porque él es el presidente de la escalera y sabrá lo que se tiene que hacer.
Perdón.
Ya han machado aquí los filetes rusos, doña Vicenta.
Esto es para el plástico.
Pues se ha hecho bien porque hay que ver cómo estaban.
Y yo he dicho que no reciclo y no reciclo.
Cuidado, qué mancho.
¿Tú qué llevas ahí?
¿Qué pasa? ¿Quieres registrarlo?
A ver un poquito, por favor, que esto es por el medio ambiente.
¿Qué pasa? Que el agujero de la capa de ozono es culpa de los filetes rusos de esta.
¿Y qué hago yo con los revistas?
Pues depende, si son del corazón a desechos orgánicos.
¿Y las pilas usadas dónde se tiran?
Yo qué sé qué se hace con las pilas.
Yo las llevo a la iglesia.
Al lado de las velas hay una cajita para echarlas.
Vicenta, eso es el cepillo para las limornas.
¿Qué haces? ¿Qué tardas tanto?
Este es el que tiene la culpa de todo.
Pero que este es mi marido.
Pues también tiene la culpa de eso.
Hala que lo de la idea del reciclaje.
Un momento, yo hago siempre lo que creo que es mejor para la comunidad.
No, porque si no, te hubieras ido.
No hemos elegido ya de presidente a la chica nueva.
Bueno, está bien. Estoy harto de tanto desprezo y tanta injusticia hacia mi gestión.
¿Quieren que me vaya?
Pues sí. Pues me voy.
Renuncio. Juan. No quiero volver a saber nada de esta comunidad.
Nunca más. Se acabó.
Pero hasta la próxima junta mi marido sigue siendo el presidente de esta escalera.
¿Os guste o no os guste?
¡Hombre ya!
Claro que sí.
Hola. Hola.
¿Pasa algo?
¡Muy buena! Te van a nombrar primera dama.
Bueno, pues mañana voy a coger al portero.
Vamos a hacer una revisión por todo el edificio para ver las cosas que están mal.
Y así ir pidiendo presupuestos.
¿Quieres una cervecita?
¿Pero qué pasa? Que ya eres presidenta.
Para eso se tendrá que celebrar una junta o algo, ¿no?
Bueno, pero mientras tanto alguien tendrá que ir tomando decisiones.
¿Tú has visto cómo tratan aquí a los presidentes?
Al de abajo no le han matado porque no sabían en qué cubo meterlo.
Si no...
No te preocupes, cariño, si van a estar encantados conmigo.
Joder, Lucía, es que te metes en unos fregados.
Eh, eh, eh, eh, de Lucía nada, eh.
A partir de ahora, señora presidenta.
¿Presidenta?
Bueno, eso va teniendo su morbo, eh.
No, que sí.
Vamos a brindar.
Brindar.
Ya está bien de recibir palos, hombre.
Doce años de mi vida dedicados a esta comunidad y mira cómo me lo pagan.
Desagradecidos.
Juan, tranquilo, cariño.
Tranquilizate, eh.
Si la pija esta quiere ser presidenta, pues que lo sea.
Veremos a ver cuánto dura.
Tú confía en mí.
La última vez que confié en ti, tuvimos a José Miguel.
Ahora lo que hay que hacer es agobiarla mucho.
Agobiarla mucho.
No, si todavía vendrán todos a pedirme, por favor.
Pues ahora soy yo el que no quiere.
Eh, ¿qué pasa?
Eh, pasa, pasa, Emilia.
¿Qué pasa?
Muy buena.
Señor Juan, que yo le quería decir que
para mí siempre seguirá usted siendo el señor presidente.
Gracias, gracias, Emilia.
Gracias, pero no.
Eso ya es historia para mí.
En doce años que he estado como presidente de la comunidad
he descuidado lo más importante que hay en la vida de un hombre.
¿El coche?
No, la familia.
A partir de ahora voy a volcarme en mi mujer y mis hijos.
Qué bonito, qué bonito eso.
Pero no te preocupes, Emilia, porque esto no es un adiós.
No es un adiós.
Es simplemente un... Hasta luego.
Bueno, pues venga. Hasta luego.
Adiós, Emilia.
La gente te quiere, Juan.
La gente te quiere.
No sé. Sí.
No sé si merece la pena vivir aquí.
Toma.
Mamá, te has equivocado.
En vez de cereales no has puesto la comida del canario.
Son cereales integrales.
¿Qué?
Son cereales integrales y están buenísimos.
¿Por qué no puedo tomarlos de chocolate?
Porque ya sabes que te ha dicho el médico
que tienes que perder un poquito de peso.
Pero si está el más gordo que yo.
Sí.
Chicos, esta tarde, cuando salgáis del colegio,
nos vamos a ir juntos al parque.
¿Para qué?
Para hacer lo que hacen los niños de tu edad en un parque.
¿Un botellón?
Jugar.
Ah, y el viernes
nos vamos a ir juntos al cine.
Y mi papá quiere pasar un poquito más de tiempo con vosotros.
¿Pero qué te hemos hecho?
No me digas más que te lleve a los toros
Y yo te quiero
Y yo te adoro
Y no me digas más que te lleve a los toros
Emilio.
No puedo más, no puedo más
Y estas tostaditas se me van a quemar
No puedo más, no puedo más
Y estas tostaditas se me van a quemar
Qué bueno está
Qué bueno está
Los huevos revueltos con un poco de sal
Ay, ¿qué es esto?
Joder, qué susto. ¿Qué haces aquí?
Soy mi primer día de presidenta.
Venga, vamos, que tenemos muchas cosas que hacer.
Pero si no he desayunado.
Pero bueno, tú rentas a trabajar a las nueve. Pues venga, que son las nueve y diez.
Viste, que tenemos que revisar el edificio.
Ay, qué ricas.
¿Me puedo comer una?
Hace usted lo que usted quiera.
Ya estoy. Toma.
Bueno, a ver, Emilio, tú que llevas mucho tiempo aquí, ¿qué es lo primero que cambiarías?
¿Yo? ¿Mi sueldo?
¿Tú quieres que me haga tu sueldo?
Que lleve más tiempo congelado que a Guardini.
Bueno, venga, vale, luego le hablamos.
No, pero si no hay que hablarlo, si lo que hay es que subirlo.
Bueno, ya, pero vamos a hablar con todos los vecinos. Tú vete apuntándolo a todos.
Sueldo de Emilio.
Lo primero que hay que hacer es que las de arriba me paguen el alquiler.
Ya, pero yo ahí no me puedo meter, señora.
Si no me pagan el alquiler, yo no puedo pagar la comunidad.
Tengo muchos gastos.
Bueno, ¿y alguna otra cosita?
El ascensor.
El ascensor hay que cambiarlo ya.
Ay, no, por Dios, por Dios, ¿puedo cambiar el ascensor?
El ascensor.
¿Cambiar el ascensor?
Pues sí.
Pero tú sabes lo que vale un ascensor.
¿Tachó el ascensor?
Sí.
No, no, no lo taches. Pues no, porque Concha se ha quejado.
Pues que se queje y que suba por las escaleras, que le va a venir muy bien palartrosis.
Total, si se cae, nadie lo va a lamentar.
Entonces, ¿tú qué propones?
Pues que vuelva mi marido de presidente,
porque es el único que sabe llevar esto.
Porque a ti te veo un poquito perdida, bonita.
Sí, Vita Lucía, ¿qué apunto?
Nada, nada, venga, vámonos.
Hasta luego.
Yo lo llevo diciendo un montón de tiempo, hay que pintar el portal.
Porque cada vez que entro, me cojo unas depresiones.
Y poner, no sé,
una plantita, un algo,
un poquito de alegría de vivir.
Flores de plástico.
¿Cómo de plástico? Hombre, es que hay que arreglarlas menos.
Ay, no, Emilio, de plástico no.
Flores.
¿Y se te ocurre alguna otra cosa?
¿A ti qué postura te gusta más en la cama?
Perdón. No, es que estoy escribiendo un artículo.
A mí debajo que cansa menos.
No, ella. Venga, vámonos,
que tenemos muchas cosas que hacer.
Debajo. Anda, como a mí.
Debajo, claro, claro.
Aquí lo que hay que poner es contadores en todos los pisos.
Que lo de arriba son cuatro,
y nosotras dos, pues les estamos pagando todo el agua caliente.
Aquí están las galletitas.
Que te han dicho que no quieren.
¿Cómo no va a querer?
Come, tonta, come.
Bueno, pero solo un acojo.
¿Alguna otra cosita para mejorar el edificio?
Ceniceros. Se necesitan ceniceros.
En el portal, en el rellano
y en todos los ángulos de la escalera.
Ay, el tabaco.
Con lo guapa que era
y lo chupada que se ha quedado.
Voy a enseñaros unas fotos.
No, no, de verdad, si nos vamos.
De ahí ahora salimos.
Bueno, este es el piso.
Bonito, ¿eh?
¿Cuántos metros tiene?
Muchos, 80 o 100.
Oiga, ¿y qué tal son los vecinos?
Bueno, pues como en todas partes.
Pero bueno, ¿aquí qué pasa?
Anda, qué bien, si tiene asistenta.
¿Cómo que asistenta? Que soy la inquilina.
Ya no que no pagas.
No, doña Concha, basta de meterse en casa cuando le dé la gana.
¿Y si estoy desnuda, qué?
Pues te vistes.
Y no les enseño las habitaciones,
porque a saber cómo las tienen estas.
¿Quiénes esta gente?
Les quiero alquilar el piso.
¿Y qué pasa? Que nosotras vamos incluidas en el precio.
Bueno, ¿se lo quedan o no se lo quedan?
Me imagino que el piso estará libre de carga.
Sí, sí, sí, sí. Si están dos, se marchan mañana.
No, carga económica.
Oiga, ¿por qué me toma? Yo soy muy seria.
Sí, eso es verdad, que todavía no la he visto reírse.
Bueno, ¿me dan la fianza
o tienen que pasar por el banco?
Si no le importa, no os lo vamos a pensar.
Sí, claro, piénsense lo.
Pero les advierto que hay mucha gente
interesada por este piso.
Sí, nosotras, por ejemplo.
Mele, yo no puedo volver a casa de mis padres.
¿Y tú tampoco? ¿Se han cambiado las cerraduras?
Alicia, tenemos que conseguir
dinero ya.
Oye, ¿por qué no llamas a uno de tus 90 novios?
No me acuerdo de los nombres, me había acordado de los teléfonos.
Amba, que tú también.
¿Fernando?
¿El de abajo? Claro.
Sí, todavía, ¿no me he acostado con él?
Qué nombre, qué no, que es abogado, que igual nos dice algo.
Fernando.
No, yo me voy a cambiar.
No, pero concha no os puede echar así por las buenas.
Tenéis que llevar por lo menos tres meses sin pagar.
A ver, ¿cuánto hace
que firmasteis el contrato?
¿Qué contrato?
¿No tenéis contrato?
No, no.
Bueno, pues entonces es a ella la que le puede caer
un buen paquete.
¿Ah, sí? Sí, bueno, si podéis demostrar que veis aquí, sí.
¿Y valen las cartas del banco?
Claro.
Bueno, ya, por fin sirven para algo.
La próxima vez que se meta en casa, le voy a meter un puro
que se va a enterar la tía.
Un momento, un momento, se mete en vuestra casa.
Todos los días.
Dice, concha, entro. Y entra la tía y se pone...
No, no, no, sois las inquilinas, vamos, que es como si fuera vuestra casa.
Por Dios, cómo me gusta este chico.
Bueno, bueno, bueno.
Anda, que no hay casos de gente que no paga el alquiler,
luego tardan años en echarles.
¿Sabes que vuestra habitación está justo encima de la mía?
¿Eh?
No, no, no, no lo sabía.
El otro día se escuché.
¿Ah, sí?
Se nos oye mucho.
Lo suficiente.
Además, estuvisteis un buen rato.
Campeón.
¿Y tú?
¿Tú a qué curso vas?
¿Te has puesto rojo?
¿Yo?
Yo me voy a poner rojo, estoy aquí,
y hacer menos cosas.
Me voy porque se me está descongelando el pescado.
No pienses mucho en mí, ¿eh?
No, no.
Oye,
¿qué haces?
¿Qué haces?
¿Qué haces?
Oye, ¿dónde vas?
¿Yo?
A mi casa, chaval.
Claro, eso.
Anda, si estás aquí.
Que pronto al vuelta hoy de currar, ¿no?
¿Qué va? Señor de trabajar.
¿Qué tal todo?
Pues mal. Cada vecino me pide una cosa.
Nadie se pone de acuerdo.
Vaya por Dios.
Y encima ahora entiendo por qué pagamos
tan poco de comunidad.
El portero no tiene contrato.
Y el edificio no ha pasado la inspección técnica del ayuntamiento.
Qué vergüenza, ¿eh?
Y encima nos han reviso el ascensor
desde el año 94.
Bueno, más emoción cuando nos subamos.
Y la verdad, los papeles de este tío no hay quien los entienda.
Es que la vida no hay quien la entienda.
Bueno, voy a ver si está bajo en su casa, ¿vale?
Voy a dejar hablar con él.
No, no, no, no.
Ahora seguimos.
No, no, Lucía.
Bueno,
y yo...
Yo me espero aquí.
Cuando puedas, que estoy aquí, ¿vale?
Ya lo vamos viendo.
Uy, la señora presidenta.
Qué honor.
Buenas tardes. ¿Podría hablar un momentito con su marido, por favor?
Pues Juan no está. Está dando un paseo con el niño.
Porque como tiene tanto tiempo libre...
Bueno, pues vuelvo en otro momento.
No, pero pasa, pasa.
Cuéntamelo a mí.
Pasa, que ya sabes que yo estoy aquí para lo que necesites.
Bueno, pues he estado revisando las cuentas que me habéis dado.
Qué bien, qué rápido. ¿Y qué tal?
Pues mal. Son un desastre.
Bueno, pero ya estás tú aquí para revisar.
¿Qué?
Bueno, pero ya estás tú aquí para arreglarlo, ¿no?
Y además tenemos un problema con el contrato del portero.
¿Cuál?
Pues que no tiene. Tú sabes en el lío que nos podemos meter y si tiene un accidente.
Pobrecillo, ¿qué quieres hacerle a este hombre?
Pues nada, paloma.
Pero hay que hacerle un contrato o darle de alta a la seguridad social.
Ah.
Ya, bonita.
Pero es que solo somos seis vecinos y eso no saldría carísimo.
Bueno, pues habrá que pagar más de comunidad o prescindirte al portero.
Mira,
pues eso me parece muy buena idea.
Ambas dos.
¿Ves lo que habéis conseguido?
Lo primero que va a hacer es subir la comunidad.
¿Y tú cómo sabes eso?
Porque me lo ha dicho ella.
200 euros todos los meses.
¿Cuánto?
Uy, mira, ya estamos detardando en asomarse, señora.
Por favor, ¿podrían gritar bajito?
Los hay que trabajamos.
Pues trabaja, trabaja, que ya verás que derrama.
¿Derrama por qué?
La niña que también quiere cambiar el ascensor.
Pero ¿por qué lo va a cambiar? Que lo arregle Emilio como siempre.
Se vuelve a romper, pero es más garato.
Pues claro, este el cual se lo encarga su padre y se lleva a comisión.
¿Qué quieres decir? Que nos está robando.
Claro, ha visto lo que hace el marido de esta.
Y ha dicho pues yo también.
Oiga, que mi marido no ha robado nunca, ¿eh?
Nunca.
Hombre, yo un poco de dinero tengo ahorrado,
pero era para hacerme la depilación láser.
Esta lo que quiere es echarnos a todos
para que su padre se quede con el edificio.
Y entonces echaréis de menos a mi Juan.
¡Marisa!
¿Qué haces jugando?
¡Joder, qué susto!
¿Pero qué hacéis ahí?
Esto parece el congreso, me voy.
Una chiburga es patata mediana, arroz de cebolla.
Luego te digo dónde tienes la gracia, imbécil.
Hay que ver cómo me evita, Evelen.
Se acaba el trabajo provocando.
¡Eh!
La propaganda en los buzones.
Verá el día que te pille.
¡Geroso!
Emilio.
¿Sí? ¿A ti te gusta tu trabajo?
Es que si me gusta, me encanta.
¿No se me nota? Pues la nueva presidenta te va a echar.
¿Que me va a echar? Te va a echar.
¿Y a mí por qué me va a echar? Pues dice que sales muy caro.
¿Pero si me ha dicho que iba a revisar mi sueldo?
Pues te lo ha revisado, pero bien.
Dice que en una comunidad tan pequeña no hace falta portero.
Pero en el Madrid son menos y tienen tres.
Y a mí me da mucha pena.
Me da mucha pena, Emilio, porque aquí te queremos todos muchísimo.
Y que por el capricho de esta chica te tengas que ir.
Es muy triste, Emilio, muy triste.
Pues a usted lo que le digo,
que si me van a echar es porque no hago falta.
Y si no hago falta, ya no trabajo más.
Y dígale a la ustra esa que tenga cuidado conmigo,
que yo hice la milia en artillería.
¿Será posible con la pija esa de mierda?
Esa querida...
¡Tan, tan, tan, tan, tan!
¡Tan, tan, tan, tan!
¡Tan, tan, tan, tan!
¡Me quedo con el agua!
¡Ahora sí! ¡Pero cura la saluida!
¿Pero por qué? ¿Qué pasa?
¡Para vecinos, que son unos coteños!
¡Me encanta tu tatuaje!
¡Ahora tiene que enseñar la otra!
¡Ahora sí!
¡Ahora sí!
¡Me gusta la pija!
¡Me entorno!
¡Me beso!
¡Hola!
¿Cómo lo pasáis, eh?
Marisa, por Dios, ¿qué hace usted ahí?
Si te ve tu madre, te vas a enterar.
¿Vives con tu madre?
¿Y con su hijo?
No, no, no hagas caso. Esta señora está...
La típica talada...
¿Qué es donde los tiene escondidos?
Bueno, mira, ya quedamos otro día, ¿vale?
No, hombre, no. Espera, Vanessa.
Carmen, Carmen.
Perdona, es que tengo un amigo que se llama Vanessa...
Vete a la mierda.
Marisa.
A ver, no concas esa cara.
Si me necesitas va un apuro, pues ya sabes dónde estoy.
Vale, vale.
No te preocupes que yo la llamo, ¿eh?
El teo se va bien calentita a la cama.
Tendrías que haber visto la cara de la gente...
cuando les he contado todo lo que quiero hacer la nueva.
Echaban chispas, Juan, chispas.
Mañana mismo están todos aquí...
suplicándote de que vuelvas a la presidencia.
¿Qué te parece, tu paloma?
Que estás buenísima.
¿Qué?
Ay, que no, que no, Juan.
Que sí.
Que no, que nos van a oír los míos.
Pues que nos oigan.
¡Pero el amor, por fin!
Juan, estáte quieto.
Hombre, que tenemos cosas más importantes en las que pensar.
Céntrate un poquito.
¿Tú no querías estar más tiempo con los niños?
Sí, pero ahora no.
Bueno, pues habla con Natalia.
¿Yo?
Sí. ¿De qué?
Pues a saber lo que hace cuando sale de aquí.
Yo creo que tiene un lío.
¿Pero qué dices, mujer? Por Dios, es una cría.
Una cría? Pues le he encontrado un preservativo en el bolso.
¿Qué?
Que le hierven las hormonas.
Para arriba y para abajo todo el rato las hormonas.
Pues voy a hablar con ella ahora mismo.
Claro que sí. Tal vez su padre.
Para hablar con ella.
Estate un ratito, ¿eh?
Ay, qué gusto estoy en esta cama yo solita.
Hola.
Qué rápido habéis terminado, ¿no?
¿Se puede? No.
Natalia, quiero que hablemos.
¿Tú te encuentras bien, papá?
Sí, sí.
Pero es que a partir de ahora quiero que hablemos.
¿Vale?
Bueno.
Verás.
¿Qué tal?
Bien, muy bien.
¿Y tú qué tal? Bien, bien.
Natalia.
Tú ya tienes una edad en la que...
Ya no eres una niña.
Salta la vista.
Y es probable que ya empieces a notar
ciertos cambios en tu cuerpo.
Incluso que muestres cierto interés por los chicos.
Y eso es importante.
Y tenemos que afrontarlo juntos.
Que sí, papá. Que soy virgen.
Vale.
Oye, ¿no crees que en vez de preocuparte
tanto por mi vida sexual
deberías preocuparte un poquito más por la tuya?
¿Qué cosas dices, hija? ¿Cómo quieres que no me preocupe?
Cuando seas madre lo entenderás.
Sí, papá.
Pero vamos que tampoco tengas ninguna
prisa por entenderlo.
Esas cosas...
Ya surgirá.
Tú tranquila.
Dios.
Menudo rello que te has soltado.
Pero tú no estabas dormido.
O sea, que eres virgen, ¿no?
¿Y a ti qué te importa? Que me ha guapo.
¿Qué ha pasado?
¿Qué ha pasado?
Qué hora es, por Dios.
Niña más de ahora.
Sí. Emilio, soy Vicenta.
Estoy preocupadísima.
¿Qué le pasa, señora?
Creo que he tirado sin querer el papel de plata en el cubo amarillo.
¿Ya ves tú?
Para eso me despierta. Hombre, un poquito de por favor.
Que son las dos de la mañana.
¿Qué hago? Hombre, pues para estos asuntos
tan graves. Llame a usted
a la señora presidenta directamente.
Pero ¿cómo voy a llamar a la presidenta a estas horas?
O sea, a ella no y a mí sí.
Ya la llamaré mañana.
A una hora más decente.
Sí, eso. Llámela usted mañana a una hora más decente.
¿Qué tal?
Venga, buenas noches, doña Vicenta.
Noches, buenas noches.
Loca, estás loca.
Sé que...
Ya estoy...
¡Vamos!
Mi nombre.
Hola, buenos días. Soy Vicenta.
Quería hablar con Lucía.
Para usted, señora presidenta.
Vale.
Sí.
Soy Vicenta. ¿Os he despertado?
Pues claro, coño, que no se ha despertado.
Son las siete de la mañana.
No, no, no, no se preocupe, Vicenta.
Si ya nos teníamos que levantar.
Le he votado a la noche en vera preocupadísima.
Tienes que avisar a la ayuntamiento.
¿Qué pasa? Que ayer me equivoqué y tiré el papel
de plata de jamón de llor en el cubo amarillo.
Bueno, pues...
Lo ha hecho muy bien.
¿Por qué es papel? Eso va en el azul.
Bueno, pero no se preocupe, Vicenta.
Si no lo hace bien, pues bueno, no pasa nada.
¿Ah, no? ¿Entonces para qué reciclamos?
Bueno, que...
que luego hablamos, que me tengo que ir a trabajar.
Buenos días.
Joder, tía, es que esto es el colmo.
¿Para qué te va a llamar la próxima vez?
¿Para que le programes el vídeo?
Oye, Roberto, me tienes que hacer un favor.
Ay, menos mal.
Creí que no te iba a apetecer nunca.
No, no, no, si me tuve que ir a trabajar sin falta.
¿Cómo es que va a venir el técnico del ascensor?
Ah, no, no, no, no, no, no, a mí no me lies.
Venga, va. No, no, no, tú querías ser presidenta,
pues toma. Venga, va, si solo es un momentito,
eh. Le he hecho un vistazo y te da el presupuesto.
No voy a duchar.
Bueno, yo alucino.
Dígame.
Dígame.
Oye, ¿y el papel de los Magdalenas?
Mira, señora,
coma galletas, que es mucho más sano.
¡Viene, que viene, que ya está aquí!
Tía, que tal, al paz del dios.
¡Que no me dan la gana, no!
No me dan la gana, Alicia, no.
Soy concha, entro.
No, usted no entra aquí más.
Déjame pasar, ¿pero qué me habéis puesto aquí?
¿No puede entrar a casa sin vuestro permiso?
¡Pero si es mía!
Sí, pero la hemos alquilado y es como si fuera nuestra, nos lo ha dicho el primero que es abogado.
¡Son dos bolfas!
¡Y cuidadito con nosotras, que no nos ha hecho contrato y la podemos denunciar!
¡Volveré!
¡Eso! ¡Cuando quiera!
¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍ! ¡Con cuidado! ¡No, no lo quiero! ¡No lo quiero! ¡No, no lo quiero! ¡Déjame ir!
¿Vosotros qué tenéis contra mí?
¿Perdón?
Os habéis juntado con las dos bolfas de arriba para hacerme la vida imposible.
¿Señora de verdad es que no sé de lo que me está hablando?
¡Y mucho cuidadito conmigo!
¡Joder qué miedo!
¿Qué le ha dado esa señora?
La chica es que me pidieron un par de consejitos sobre su alquiler y no le ha debido gustar nada.
¿Cómo consejitos? ¿Cuándo se habló con Alicia?
Pues ayer, ayer bajaron las dos.
Ah, además estuvieron aquí. ¿Y por qué no me las contaron?
Pues porque no tiene importancia.
Claro que no tiene importancia.
A ti en el fondo te encanta que Alicia esté detrás de ti.
Y te importa un pimiento lo que yo pueda sentir.
Aure, te juro que la próxima vez que las vea que lo digo.
¡Ah, que las vas a volver a ver!
¡Dios!
Además, Fernando, pero... ¿Tú por qué te metes donde no te llama?
Porque soy abogado. Es mi deber.
¡Vaya hombre, ahora vas de garzón por la vida!
Esa tía me da miedo. ¿Tú te has fijado en sus ojos?
No.
Igual que los de Aníbal Lette. Igual, igual. Clarís, Clarís.
No exageres. Es una pobre señora, mayor indefensa.
Sí, lo mismo dijeron de Pinochet para que no entras en la cárcel y mira.
Además, ¿qué nos va a hacer si somos vecinos?
¿Tú no ves la televisión? Hay vecinos que se clavan los puñales todos los días.
Te ha puesto nerviosa, ya está.
De verdad, ¿cómo te gusta pensar mal de la gente?
Pero bueno, ¿qué follón de cabres es este?
¿Cómo no lo sepas tú?
¿Quién ha pasado la última revisión de este ascensor?
¿Yo? ¿Qué pasa?
Pues que has hecho un trabajo curioso.
Estos dos cabres están pegados con chicle.
Claro, sea uno aislante. No le haga caso a este que este no tiene ni puta idea.
¡Hostias!
¿Lo ves? ¿Qué es que no sabes?
No sé, que no sé que me he cargado la caja del bote que he pegado.
No sé.
¿Se puede hacer algo con el ascensor?
Sí, se puede hacer una oera. Hay que cambiar la caja, el motor, las guías, los contrapesos.
Pero del cuadro de mando no ha dicho nada.
Del cuadro de mando no ha dicho nada.
Mira, mañana ya vendrá alguien a haceros un presupuesto en orden.
Son 90 euros.
¿Qué?
¿Pero te tengo que pagar yo?
No.
Yo soy de Ascensores Sin Fronteras.
90 euros por un vistazo de dos minutos.
Pero bueno, tú estás querido que eres un notario.
Pero mira, payaso, ¿no te das cuenta que casi me he quedado ahí pegado por tu culpa?
Mira, pegado te vas a quedar, pero como me digas...
¡Te voy a quedar! ¡Te voy a quedar!
¡Te voy a quedar! ¡Te voy a quedar!
¡Te reviento! ¡Y a ti!
¡Te reviento!
Un momentito, por favor, te lo pido.
Que no se te va poniendo nervioso, sabe, cuéntate.
No, no, no, no lo deja, venga. Fuera, fuera, vamos.
Vale, vale, vale, vamos a dar una bultecita.
Mejor que tú ponas y yo me quedo aquí arreglando esto, anda.
Mira, este ascensor lo ha tocado personal, no cualificado.
No pasan las revisiones y no pasa ni una sola medida de seguridad.
Eso también lo sé yo y sin cobrar, ¿listo?
Joder, Emilio.
Mira, mira, voy a dar parte al fabricante para que os metáis una denuncia...
y se os va a caer el pelo.
¡Va a meter un puro curioso!
Eso no hace falta, porque no me va a meter...
¡Que me vas a meter a mí! ¡No me meto ni miedo!
¡Va a meter, va a meter! ¡A ver si vayas más por aquí!
¡Listo, que eres muy listo!
Macho, te cobran 90 euros por denunciarte, ¿eh?
Tú tienes talento para estudiar los negocios, ¿eh?
Pero, tío, ¿se puede saber de qué vas? ¿A ti qué te pasa?
No sé, pregúntale a la presidenta.
A ver qué me pasa.
Que te lo comas ya todo y que te calles.
Pero ¿dónde te habían decidido? ¡Ya casi hemos terminado de cenar!
¡He alquilado la Sirenita para que la veamos todos juntos!
¡La Sirenita!
¡Papá, estás mezclando medicamentos!
¡Venga, venid para acá! ¡Que esto ya está listo!
¡Yo es que tengo que estudiar muchísimo, eh!
¡Sí, y yo he quedado con Dani!
¿Pero y el postre?
¿Qué pasa? ¿Que no queréis verla o qué?
Juan cariño, es que... ¡La Sirenita!
Ellas no son tan pequeños.
¿Qué pasa? Pues es bien bonita.
Sí, sí, bonita, ¿eh?
¡Ah, canta que no canta bien la chica que canta de maravilla!
Sí, hombre...
¡Me ha dejado que me dices, eh!
¡Anda que no me responde!
Pues muy gordito también.
¿Y el pez gordito ese?
Sí.
¿Y la bruja con los dentátculos que la deja ya sin voz?
Sí, es una preciosidad, hombre.
Sí, pero es que...
Está bien, la veré yo solo.
No, hombre, no. Ya, papá, ¿me la veas tú solo?
Pues la veo yo contigo, que para eso te has gastado el dinero.
Pero bueno...
Mira, no puede ser.
¡Fernando!
¿Qué pasa?
Mira.
¿Qué has hecho?
Ha sido la esquizofrénica del piso de arriba.
¿No has hecho olegia a la camisa?
Huele, huele, mira, si esto es de gía, de gía...
¿Pero está seguro que ha sido ella?
A ver, Perry Mason, quien nos odia y vive encima de nosotros.
Concha.
¿Haz algo?
Deténla, métela en la cárcel.
¿Pero cómo va a ir a la cárcel por esto, Mauri?
Cargarse una camisa así de Dolce Gabbana es un crimen.
Se va a enterar, hombre.
Espera, espera, voy a hablar con ella.
¿Por qué no podré yo?
Pues porque cuando te enfadas se te nota mucho la pluma.
Que se me...
Quiero decir...
Perdona, pero yo no tengo pluma.
Tú tienes mucha más pluma que yo. ¿Qué te he visto?
¿Lo ves?
Te exaltas y te pones en plan Meryl Streep.
Oh, todo es un drama.
Esto es el colmo.
No, no, no, no, esto es el colmo.
Ahora resulta que yo tengo que cambiar mi forma de hablar
para que no se note que tú eres gay.
Mira, otra colilla.
Esta señora no puede fumar por aquí
porque luego todo el olor me entra a mí en la casa.
Oiga, que yo no soy presidente.
Dígaselo a Lucía mañana en la junta.
Ay, tu novia. Tu novia es una cachonda.
La hacemos presidenta y ¡ala! Desaparece.
No, no desaparece. Está trabajando.
Bueno, Roberto, por fin te cuento.
Estoy en olivo.
Las caquitas de Valentino de que tirabas
en el como amarillo o en el gris.
Porque son de ese chornánico, pero la bolsita es de plástico.
Pero, a ver, a ver, ¿y a mí qué me cuenta?
Pregunte solo a Emilio sobre estas cosas.
A mí a tirarlas donde quieras, pero no las pases.
A ver, apartense que soy peligroso.
¿Y a ti qué te pasa?
¿Qué me pasa?
Mira mi camisa.
Pero, hijo mío, ¿cómo le echas lejía?
Esto se lava mano y el frío.
Pero sí es que los hombres cuando viven son los que quieres.
No he sido yo, ha sido Concha.
Pues lava la ropa de la vecina.
Presidente, con suerte vamos para arriba.
Aquí hay movida.
A ver cómo lo puedes solucionar.
Claro, los da tu novia.
Mauri, por favor, tranquilízate.
No, sí, yo estoy muy tranquilo.
Pero de aquí no me muevo hasta que se discurpe.
Vale, pero déjame a mí.
Concha, a ver, hay que estar hablando mal de ti.
Y tú, llámale a la presidenta o algo, ¿no?
Pero ¿qué cree que estoy haciendo, señora?
¿Pitiendo una pizza?
No sé.
Sí.
Sí, sí, sí, tranquilo, tranquilo, que ya subo.
Vale, voy.
Mañana.
Pero bueno.
Pero bueno, ¿qué pasa aquí?
No les dejes entrar, hijo.
Mira, Armando, creemos que tu madre...
No, creemos no.
Tu madre me ha tirado lejía al coche.
¿Qué?
Habrán sido las del tercero.
Mi madre es un fielo.
Si ha sido ella, habrá sido sin querer.
No te digo que no, pero...
Imagínate que me asoma el patio en ese momento.
Me deja más rubio que Madonna.
Bueno, tranquilo, costo la regla en esa seguida.
¿Qué te ha costado la camisa?
250 euros.
Bueno, no pasa nada, ya te comprarás otra.
Me voy, que he quedado.
¿Cómo que se va?
Dile algo, Fernando.
Mira, mejor te compro yo una camisa nueva.
Bueno, no te preocupes, ¿eh?
Mejor te compro yo una camisa nueva.
Buenos días, señora presidenta.
Me parece que a ti igual la requiere.
Hola, ¿qué pasa?
Ah, que hermosa.
Ya era hora, cariño.
¿Qué pasa aquí?
Nada, rocetillas de convivencia.
Cocha me ha tirado por el patio, le decía.
Haz algo, ¿no?
¿Qué quieres que haga?
Ese es un problema tuyo personal.
O sea, que tenemos una loca en el edificio
y ese es un problema mío personal.
A ti la única loca que hay es ella,
que quiere clavar 200 euros de comunidad.
Pero bueno, ¿qué dice?
Señora, ¿puede salir un momento, por favor?
Uy, no, no, no, no, no, que a mi ese chico
me da mucho miedo.
Mira que si me quiere hacer algo malo.
Mira, Lucía, yo me largo.
Esto se te está yendo de las manos, bonita.
Ay, por cierto, ¿las caquitas del perro
dónde hay que tirarlas?
Donde le dé la gada.
Me está poniendo enfermo con las caques del perro.
¿Lo ves?
Todo esto con mi Juan no pasaba.
Adiós.
Aquí, aquí, aquí no hay quien viva.
Buenas.
¿Qué pasa?
¿Que tú también estás enfadado conmigo?
¿Yo?
¿Tú por qué me iba a enfadar?
Si me encanta comerme marrones.
Fíjate si me gusta que desde que vivimos aquí
no he hecho otra cosa.
Sí, sí, has hecho otra cosa.
Ponerme problemas a todo.
Te lo dije, no seas presidenta, que es un marrón.
¿Te lo dije o no te lo dije?
Ya, pero yo pensaba que los vecinos iban a colaborar
un poquito más.
Pero si los vecinos son una mierda y la prueba está en que
la gente que tiene pasta se va a vivir a un chale.
¿Y ahora qué quieres que haga?
Porque ya me he comprometido.
Pues di que no, pasa de ello, es muy fácil.
No es mañana la junta.
Ya, pero no puedo.
Además, no van a poder conmigo.
Muy bien.
Perfecto, pues yo me voy.
Elige, los vecinos o yo.
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
Perdona, ¿puedo hablar contigo un momento?
Sí, sí, claro.
Es mi padre, se está rayando que no veas.
Hoy ha alquilado la sirenita y quería que lo abiramos
todos juntos.
A mi hermana la suelta charlas y a mí me lleva al parque.
Nos está puteando a mogollón.
Tranquilo, chaval, cuando tengas 30 años
te irás a vivir con tu novia.
No es como echar de menos a tu padre.
Bueno, ¿y qué tengo que ver yo con todo esto?
Pues que cuando mi padre era presidente
a nosotros nos dejaba ir a nuestra bola.
Si por lo menos lo dejarás que lo fuera un poquito,
aunque solo fuera por las tardes.
Por favor, que lo pido,
enrrollate.
Bueno, ya me lo pensaré.
Vale, adiós.
Hasta luego.
¿Has visto el color de las paredes, que es oso?
Vaya reforma.
Y parece montar tanto ruido, Jamiá.
No ha puesto ni canapés ni nada.
Bienvenidos a todos.
Vamos a empezar la junta extraordinaria.
Un momento.
Yo quiero decir mis últimas palabras como presidente.
¡Hala, por favor!
¡Dinito!
¡Qué dreves!
Pues muy bien, consta, Nacta.
Bueno, yo lo que quería deciros...
Yo lo que no quiero es pagar más comunidad.
Usted lo que va a pagar es mi camisja.
Un momento. Y yo también quiero hablar.
Joder. No, joder, no.
Llevo siete años trabajando en esta finca.
Yo, el portero, siete años y sin contrato.
Trabajando sin recursos,
sin tecnología, sin ordenador
y sin nada. ¿Y me quejáis alguna vez?
¿Me quejáis alguna vez?
Cuando no me compraron las vaporetas, ¿qué hice?
Quedarme callado. Y eso que tenía las pardas
que me estaban matando, que estaban infregando el suelo...
Agachado. Venga ya, hombre.
Anda ya. Tú solo te agachas cuando sube la vecina
del tercero con minifalda. ¿Y cómo me lo pagan?
Echándome a la calle, ¿no?
Tranquilo, Emilio, que nadie te quiere echar a la calle.
La única que dimite de su cargo soy yo.
¿Cómo? ¿Cómo?
Pero no quería ser presidenta. Pero no a cualquier precio.
¿Esta lo que quiere ahora es comprar?
No, lo que pasa es que en esta comunidad todo el mundo
quiere tener las escaleras muy limpitas, las paredes
pintadas y el ascensor funcionando.
Y todo eso sin poner ni un... Pues sí, pues sí.
Eso es lo que queremos. Por eso no hay alguien
que no se entiende.
Pues así yo no puedo trabajar. Así que nada.
Que ya está, que no, que no, que dimito.
Muy bien, cariño. Vámonos a casa.
Esta es nuestra casa.
Coño, ¿es verdad?
Venga, todo el mundo fuera. Esto ya se ha terminado.
Vámonos.
Un momento, vamos a ver. Si ella renuncia habrá que elegir otro presidente.
¿Qué?
Bueno, ¿qué?
Yo me presento voluntario.
Pero por favor, hombre, que es que estáis hablando en serio.
Ya, por favor.
Pero alguien tendrá que ser presidente, ¿no?
Claro.
¿Algún otro voluntario? No, no.
¿A parte de Juan Cuesta?
No, no.
¿Yo?
No, no, por favor.
A ver si se puede presentar alguien, ¿no?
En estos casos, según la ley, se hace un sorteo
entre los propietarios y el que salga elegido
se queda como presidente durante un año,
le guste o no le guste.
Muy bien, haganlo. Venga.
Venga, por favor. Yo voto a Juan Cuesta.
Yo también.
Bueno, pues yo también, claro. Que remedio.
El presidente, este también.
Mayoría suficiente. ¡Mi marido presidente!
¡Ah, Juan! ¡Qué más ganas!
Gracias, Juan. Os complico que mi nuevo proyecto
va a ser muy discurso.
¡Pero un respeto! ¡Que está hablando el presidente!
¿Pero dónde vais?
¡Habla, Juan! ¡Yo te escucho!
¡No, no, no! ¡El discursito en el rayano!
¡Venid a circular con las Lindy al maestro del programa!
Y quiero deciros que no os guardo ningún rencor a ninguno.
¡Y lo digo sin acritum!
¡Venga, que no!
Bueno, ¿qué?
Estarás ya contento, ¿no?
Pues sí.
¿A qué vas hecho por mí?
Pues no.
Lo hecho porque ser presidente en la comunidad
es lo peor del mundo.
Sí, es más fácil ser presidente del Gobierno.
Hijo míos,
tengo que daros una mala noticia.
Sé que había prometido llevaros mañana al zoo,
pero no va a poder ser.
Porque he vuelto a ser elegido presidente
por unanimidad.
Vaya que pena, papá.
Sí, con la ilusión que nos hacía.
Bueno, pero si es importante para vosotros,
yo puedo hacer un hueco, ¿eh?
No, no, no, no. Hombre,
era importante, ¿no? Pero
tranquilo, lo superaremos.
Sí, papá, tú dedícate a los vecinos.
Ellos te necesitan.
Qué hijos tenemos
para que luego diga a tu hermana que los suyos son mejores.
Buenas noches, hijos. Buenas noches.
¡Pela que nos hemos librado, chaval!
Pues ya me estás dando las gracias.
Si yo no llego a hablar con la vecina de arriba,
mañana a dar de comer a los monos.
Estos días.
Llevas cuatro horas sin fumar.
¿A que no tienes ganas de coger un cigarro?
No, lo que tengo ganas es de cogerte
a ti del cuello. Verás como
dentro de unos años me lo agradeces.
Ya, pero mientras tanto,
no te me acerques mucho.
Buenas noches.
Marisa, te estoy viendo.
Bueno, mire. Coño.
Ya estamos.
Se puede saber qué hace en nuestra casa.
Cobrar el alquiler que me ha pagado
tu amiga.
Vas a ver de dónde lo has sacado.
Eso digo yo.
Alicia.
¿Has visto? Dime que me adoras.
¿Y tú de dónde has sacado la pasta?
Oye, ¿puedo vaciar ya el armario?
Sí, sí, Bren ya va a recoger sus cosas.
¡Blen! Yo soy Nuría. ¿Qué tal?
Huele como, no sé, como hamburguesa, ¿no?
¿Y a qué quieres que huela?
Ah, es que no soporto la carne.
Oye, date prisa con lo del armario, anda.
¿Esta quién es?
Nuestra nueva compañera de piso, ¿qué te parece?
Ah, genial. Lo que pasa es que es en mi cuarto.
¿Yo dónde duermo?
Conmigo, en mi habitación.
No decías que estabas harta de dormir sola, ¿oh?
¡Blen! Voy.
Esta te juro que me la pagas.
Pero si lo vamos a pasar muy bien.
Pues sí, es genial.
De verdad que yo no sé,
una comunidad con seis vecinos y quinientas
postas de basura. Mira cómo me he puesto las manos.
Vamos, yo...
Emilio, respiro.
Venga, Paco, hasta mañana.
Tío, ¿qué haces buscando
la basura? ¿Están mal de pelas o qué?
No, no, Paquito, es que la gente es muy guardra.
Mira, este es del vitrio, pues huele a pescado.
En este del cartón, yo no sé qué más han echado,
pero mira, chorrea.
Claro, sin balplaneta.
Sin bosques, sin ballenas, sin esquimales, sin nada.
De verdad, qué poquita consideración, macho.
Poquita no, ninguna.
Va, venga, hasta luego. Bueno, venga, hasta mañana.
Aquí esto no, Paquito.
Paquito, aquí esto también.
¡Qué mal, macho!
¡Hala, pero y esto!
¡Pero qué camisa más bonita, niño!
Por esto, por listo, lo reciclo yo para mí.
El que me iba a decir a mí que iba a estrenar yo
esta semana una camisa.
¡Qué motivo más bonito!
De verdad que, fíjate, que hay un refrán
que dice, no te acostarás
sin encontrarte una camisa de la basura.
Y a verdad, fíjate que todos los refranes
son verdaderos.
Mi duele cien padres y...
¿Qué pasa bien en tus padres, no?
¿Qué se lo voy a decir?
¿El qué?
Pues que tú y yo somos pareja.
Fernando, tú no estás preparado para decírselo.
Yo quiero que salgas del armario, pero vivo.
Esta chica, Alicia, la vecina,
si le pedimos el favor,
a lo mejor sí podría hacer pasar por mi novia ahí.
Claro que sí, yo encantada.
Pero ¿por qué les tienes que decir
a tus padres que tienes novia?
Porque no se atreve a decirles que es gay.
Pero tú, ¿por qué eres tan envidiosa?
Nuria, pero bueno, ¿qué haces tú aquí?
Que me acabo de mudar aquí enfrente.
¡Qué casualidad!
Oye, ¿y tú qué tal? ¿Sigues con aquella chica por la que me dejaste?
A ver, ¿qué quieres que haga?
¿Que te pida perdón?
He puesto unas braquitarnías en el cajón de Lucía.
Seguro que ella la va a reconocer seguida.
La pregunta es,
¿la reconocerás tú?
La noche que me han dado las de arriba.
Entrando y saliendo hasta las 5 de la madrugada.
Y encima subiendo hombres.
¿Qué quieres decir? Que son putas.
¿Qué son? De arriba, las dos chicas.
¿Puedes demostrar todo esto que estás diciendo?
Esta tarde a las 8,
Belén tiene un cliente.
La cerveza te la veo de San Morro,
que si no luego me tengo que poner a fredo.
¿Pero qué haces?
Ponte por 200 euros.
下载全新《每日西语听力》客户端,查看完整内容 ¡Una vez me ha tragado dos cerebros esta máquina, oye!
Señor, a ver, que al final ya se la va a acabar cargando.
Todo el santo día para sacar un paquete, ya está bien, ¿no?
Ya está bien. Y a ver si lo arreglas de una vez, que todos
los días me pasa lo mismo.
No te manjesa.
Vámonos, chicas, que ya le levanto otro paquete a este gilipollas.
Marisa, ¿te estás matando?
Qué morro tienes.
No pensé en lo que tengo que crezcar.
Ese es el verdad.
¿Qué coño he hecho a la return? ¿Qué pesaso tanto?
Hombre, buenas noches, señor Guango. ¿Qué pasa?
Bueno, aquí, con éste que viene de mornos.
¿Qué te pasa, tío?
Que no me gusta ir a Taekwondo, ya no sé cómo decirselo.
Pero tienes que hacer ejercicio, hijo, tu cuerpo está en plena formación.
No te entiendo, ¿te estás pagando para que me perden?
Defiéndate, chaval, defiéndate.
Si te preparas para cuando seas un adulto, la vida es lucha.
José Miguel, la vida es dar y recibir, hijo mío.
Es dar y recibir.
¡Hombre, mira quién está aquí!
¿Cuándo va a convocar usted a la junta?
Queremos depresidentar a Chica Nueva.
Eso lleva mucho tiempo, hasta que no terminen las cuentas del ejercicio.
Venga, hombre, la junta la vamos a convocar nosotras.
Si este es como una garrapata, no suelta el cargo ni a tiros.
Vamos a ver, vamos a ver.
Váyase, señor Cuesta, váyase.
Hola, ¿y ahora el ascensor que no funciona?
Si aquí no funciona nada, ¿pero qué hace usted con nuestro dinero?
Chorizo.
¿Y tanto? Chorizo, chorizo y medios usted.
¿Tengo yo las piernas?
¿Cómo para subir escaleras?
Lo que quieres es que nos dé un hamacuco
para morirnos nosotras y perdernos de vista.
No va, chaval, esto es recibir.
Tu padre, no especialista, ¿eh? Recibi.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Todos los días son así, no podía imaginarlo cuando vine aquí.
Solo buscaba algo de par.
Me atrevo cada día a medio de un huracán.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Si la casa sobrenoche derrumba, al portero no le puedo encontrar.
Los retinos me vigilan y escuchan, aguanto este lugar.
Me prendo en una copelera, tengo un terremoto y un bolsán.
Aquí, atrás de esta escalera.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no, aquí no.
Aquí, aquí, aquí, aquí me quema, aquí no.
¿Qué vas, de bota?
No, a poner hamburguesas.
Pero yo por lo menos trabajo.
¡Eh, eh, eh!
Que me han llamado del casting y me han cogido para el anuncio.
¿Qué me dices?
¿Qué me dije?
Pero he dicho que no.
¿Pero por qué?
Pero no pagaban dos mil euros.
Sí, pero es que es el típico anuncio de crema anticeleulítica
que tenía que enseñar el culo y no.
¡Coño, pues lo enseñas, Alicia, que nos van a cortar la luz!
Belén, yo tengo una carrera artística.
Un desnudo no es bueno para mi imagen.
Pero qué carrera, Alicia, ¡qué carrera!
Llama que lo hago yo.
Bueno, tú es que no tienes cuerpo para eso.
No es nada de estas cremas anticeleulíticas.
Pues yo soy la foto de antes.
Oye, ¿trae menos alitas de cebolla o algo cuando vuelvas?
Un poquito la mierda.
Pero sí es para ahorrar, mujer.
Bueno, entonces ya está todo terminado, ¿no?
¿Cómo te ha quedado el piso, chaval?
Es que no te lo crees.
¡Y en dos semanas!
Han sido tres.
Bueno, pero a mí se me ha pasado muy rápido.
Normal, no ha aparecido por aquí.
Bueno, venga, el cheque.
Ah, es que me dijo Lucia que es...
Que es broma, hombre.
Qué bien vives, chaval.
Tu suegro te paga el piso, la novia te paga la reforma.
Y tú te pagas, chaval. ¿Qué vas?
¿De dignio por la vida?
Buenas.
Qué bien lo pasáis, ¿eh?
Sí, sí.
Es que este hombre me mata.
Dice unas cosas.
Toma, el cheque.
Bueno, ¿qué?
¿Te gusta cómo ha quedado?
Mucho.
Pues venga, vámonos a ver muebles.
¿Ahora?
Vamos, chaval, que te sacan de compras como a la preti guapan.
Bueno, pero este tío no se calla nunca, ¿eh?
Ya está, ya está.
¿Me van a llamar al telefonillo?
Si conocés solamente así una vez, basta.
¿Es usted el portero del inmueble?
Sí.
Soy del ayuntamiento.
Juro que me vas a que viene y pago toda la multa.
No, no, soy de la Consejalía de Medio Ambiente.
Y vengo para informarle del nuevo plan de gestión de residuos urbanos
y para traerle los nuevos cubos de basura.
No, pero si ya tengo cubos.
Ya, pero es que este solo es para residuos orgánicos.
A partir de ahora, el amarillo es para envases de metal, plástico, tetrabrics,
el azul para papel y cartón y el verde para vidrios.
Ah, muy cómodo.
O sea que ahora en vez de un cubo tengo que sacar cuatro.
Mira, aquí tiene unos folletos para los vecinos.
Viene todo muy bien explicado.
Ah, y unos carteles de sensibilización.
Si tiene cualquier duda, consulte nuestra web.
Buenos días.
Pero un momento, ¿pero qué hago yo con todo esto ahora?
Cubo aquí.
¿Quién ha puesto ahí esa moto?
La verdad que yo murí exploto aquí, ¿verdad?
Paloma, tengo que hacer algo.
Los vecinos no me quieren, están hostiles.
¿Qué no, Juan? ¿En qué lo has notado?
Me insultan cuando se cruzan conmigo.
¿Pero eso no quiere decir que no te quieran como presidente?
Tú confía en mí.
Me voy, hasta luego.
Adiós, hija. Ten cuidado.
¿Ey, ey, ey? ¿A dónde vas tú así?
A un cumpleaños, papá.
¿Y tú quién eres, la que sale de la tarta o qué?
¿Por qué no te pones esto, hija?
Que lo acabo de planchar. ¿Te hace juego?
Eso es un pijama.
Claro, anchito, vas más cola.
Natalia, tú así no puedes salir a la calle.
Tranquilidad, que os noto muy tensos.
Vosotros lo que tenéis que hacer es aprovechar
que os quedáis solos e iros al dormitorio
y relajaros un poquito, que ya hace mucho que no se os oye.
¡Hala!
Hasta luego.
¿Qué ha dicho?
Yo me he quedado muerta, Juan.
¡Oye!
Hola, Natalia. Hola, Emilio.
Señor Cuesta, ¿dielos tú un momentito?
Emilio, ¿a ti no te parece que mi hija va un poco excesivo?
No, la niña va bien.
La niña va como van ahora todas las niñas.
Muy bien.
Bueno, ¿qué querías?
Ah, sí, mire, que han estado aquí del ayuntamiento.
¿Y por qué les abres?
No, que es que dicen que están sensibilizados
con la basura urbana y que tenemos que reciclar.
Ah, muy bien.
Pero yo creo que esto es mejor no hacerles caso,
porque esto es un follón. Emilio, Emilio, hay que ser solidarios.
El reciclaje es el futuro.
La ecología, desarrollo sostenido, ¿comprendes?
Ya, si esto es muy bonito,
¿pero qué hago yo contra cubos de basura?
¿Meterlo en mi casa? Hombre, sí me gusta, que tengas iniciativa.
Además, esto no va a venir a mí muy bien
con los vecinos, ¿sabes? A ellos les va a gustar saber
que tienen un presidente que se preocupa
por el medio ambiente.
Ah, que reparte los folletos y explícaselo a todos.
¿A qué cima tengo que explicarlo yo?
Ah, ya le ha faltado algo.
¿Qué es esto?
¿Reciclaje?
¿Lo ven? Tres cubos,
una bolsa de residuos.
Un pequeño esfuerzo para usted supone
un gran beneficio para todos.
O sea, que el cartón hay que echarlo en el amarillo.
No, ahí hay que echar el vidrio y en el azul hay que echar los plásticos.
No, no, no, vamos a ver.
El azul va el cartón,
en el verde va el plástico,
en el amarillo va el vidrio,
y luego la de más basura,
pues la echan ustedes en el gris,
en el de toda la vida.
Macho, a ver si te aclaras, porque cada vez nos dices una cosa.
Los involterios de las magdalenas,
donde hay que echarlos.
¿Por qué eso qué es? ¿Papel, cartón o residuo orgánico?
Yo qué sé, señora.
Eso míralo usted aquí en el folleto.
¿Es que no viene? Sí, viene, claro que viene.
¿Cómo no va a venir? Aquí viene todo.
Esto es lo que se trata, es que por la ventanilla
le vayan dando a ustedes vuelta y vuelta
y vuelta y vuelta, que se marean de tanta letra.
Esto es un paipai maravilloso,
se da un poco de aire y vámonos otra vez,
vuelta y vuelta.
Mire, yo lo siento, pero yo me voy porque yo tengo que explicarle
esto al de enfrente, al de arriba, al de abajo.
Usted me entiende, ¿no?
Y tanto reciclaje como que no.
Yo no he entendido nada. Vicenta, ¿tú has entendido algo?
Regular.
Yo me voy a vanicar, que es lo único que he entendido.
Sí, sí, sí.
Qué precioso todo, pero me puedes explicar
dónde meto yo en esta cocina tres cubos de basura.
Pero yo qué sé, pero si yo soy un mandao.
¿Sea qué dicen que hay que conservar el medio ambiente?
Ah, el medio ambiente.
¿Y los coches envenenándonos con un C2?
¿Y las fábricas vertiendo residuos en los ríos?
¿Y la tala indiscriminada de los árboles?
¿Y el agujero de la capa de ozono?
No, contesta, dime. Hombre, por favor, que yo soy
el limpio desde hace muchos años.
¿Será posible
la charla que me ha dado el tío asqueroso este?
Yo lo tiro todo junto.
Si luego quieres separarlo,
separalo tú. Y así te ganas el sueldo.
Y no me vengas con chorradas,
que tengo muchas cosas que hacer.
¡No está así que la reciclaba yo! Pero vamos...
Mira, que tenés que raciglar.
Y si no os gusta, os aguantáis.
¡Venga ya, hombre!
Pero bueno.
¡Cuidado, que me tiras!
¡Lidia Concha, se circula por la derecha!
¡Qué viene Concha! ¡Saca el dinero!
Si entro hoy en 15 días, no cobro.
¡Me cago en...
¡Está ahí!
¡Soy yo, Concha!
¡Entro!
¿Dónde estáis?
¡Venga por lo del alquiler!
¡Si hubieras enseñado el culo!
¡Qué miedo me da esta tía!
Alicia, no podemos seguir huyendo de los problemas.
Tenemos que enfrentarnos a ellos.
¡No!
¿Qué os creéis? ¿Que soy tonta?
No, es que se anima fuera a fumar.
Para que no huelas.
Mi dinero.
Sí, verá, Doña Concha, yo estoy trabajando en...
No lo tenéis.
No, pero si usted pudiera ser un poco comprensiva, nosotras...
Claro que sí.
Si no tenéis el dinero, no os preocupéis.
¿De verdad, Doña Concha?
Os quiero en la calle en dos días.
Y el piso limpio.
¡Guarras!
¿Qué hacemos?
Creo que un empujoncito por las escaleras.
Estoy hablando en serie.
¿Y yo?
Marisa, por favor, dejad de fumar.
Ya me salí del balcón, ¿me quiere dejar en paz?
No puedo seguir viendo cómo te mata sin hacer nada.
¡Tome ese paquete!
¿Qué haces, Vicenta?
¡No te pongo!
Aquí no se fuma más.
Oye, guapa, tú tienes tus vicios y yo los míos.
Tú el punto de cruz y yo el tabaco.
No me importa cómo te pongas.
Esta casa es mía y te prohíbo que fumes aquí.
Pues ahora me voy.
¿Dónde vas?
¿Prefiero seguir viviendo como una persona y morir con dignidad?
Que perder la dignidad y morir como una persona.
Pero, ¿qué dices?
No sé.
¿No ves cómo no puedo dejar de fumar?
Que me pongo muy nerviosa.
¡Vamos a ver!
Si mi marido dice que hay que reciclar,
pues hay que reciclar.
Y punto en boca porque él es el presidente de la escalera y sabrá lo que se tiene que hacer.
Perdón.
Ya han machado aquí los filetes rusos, doña Vicenta.
Esto es para el plástico.
Pues se ha hecho bien porque hay que ver cómo estaban.
Y yo he dicho que no reciclo y no reciclo.
Cuidado, qué mancho.
¿Tú qué llevas ahí?
¿Qué pasa? ¿Quieres registrarlo?
A ver un poquito, por favor, que esto es por el medio ambiente.
¿Qué pasa? Que el agujero de la capa de ozono es culpa de los filetes rusos de esta.
¿Y qué hago yo con los revistas?
Pues depende, si son del corazón a desechos orgánicos.
¿Y las pilas usadas dónde se tiran?
Yo qué sé qué se hace con las pilas.
Yo las llevo a la iglesia.
Al lado de las velas hay una cajita para echarlas.
Vicenta, eso es el cepillo para las limornas.
¿Qué haces? ¿Qué tardas tanto?
Este es el que tiene la culpa de todo.
Pero que este es mi marido.
Pues también tiene la culpa de eso.
Hala que lo de la idea del reciclaje.
Un momento, yo hago siempre lo que creo que es mejor para la comunidad.
No, porque si no, te hubieras ido.
No hemos elegido ya de presidente a la chica nueva.
Bueno, está bien. Estoy harto de tanto desprezo y tanta injusticia hacia mi gestión.
¿Quieren que me vaya?
Pues sí. Pues me voy.
Renuncio. Juan. No quiero volver a saber nada de esta comunidad.
Nunca más. Se acabó.
Pero hasta la próxima junta mi marido sigue siendo el presidente de esta escalera.
¿Os guste o no os guste?
¡Hombre ya!
Claro que sí.
Hola. Hola.
¿Pasa algo?
¡Muy buena! Te van a nombrar primera dama.
Bueno, pues mañana voy a coger al portero.
Vamos a hacer una revisión por todo el edificio para ver las cosas que están mal.
Y así ir pidiendo presupuestos.
¿Quieres una cervecita?
¿Pero qué pasa? Que ya eres presidenta.
Para eso se tendrá que celebrar una junta o algo, ¿no?
Bueno, pero mientras tanto alguien tendrá que ir tomando decisiones.
¿Tú has visto cómo tratan aquí a los presidentes?
Al de abajo no le han matado porque no sabían en qué cubo meterlo.
Si no...
No te preocupes, cariño, si van a estar encantados conmigo.
Joder, Lucía, es que te metes en unos fregados.
Eh, eh, eh, eh, de Lucía nada, eh.
A partir de ahora, señora presidenta.
¿Presidenta?
Bueno, eso va teniendo su morbo, eh.
No, que sí.
Vamos a brindar.
Brindar.
Ya está bien de recibir palos, hombre.
Doce años de mi vida dedicados a esta comunidad y mira cómo me lo pagan.
Desagradecidos.
Juan, tranquilo, cariño.
Tranquilizate, eh.
Si la pija esta quiere ser presidenta, pues que lo sea.
Veremos a ver cuánto dura.
Tú confía en mí.
La última vez que confié en ti, tuvimos a José Miguel.
Ahora lo que hay que hacer es agobiarla mucho.
Agobiarla mucho.
No, si todavía vendrán todos a pedirme, por favor.
Pues ahora soy yo el que no quiere.
Eh, ¿qué pasa?
Eh, pasa, pasa, Emilia.
¿Qué pasa?
Muy buena.
Señor Juan, que yo le quería decir que
para mí siempre seguirá usted siendo el señor presidente.
Gracias, gracias, Emilia.
Gracias, pero no.
Eso ya es historia para mí.
En doce años que he estado como presidente de la comunidad
he descuidado lo más importante que hay en la vida de un hombre.
¿El coche?
No, la familia.
A partir de ahora voy a volcarme en mi mujer y mis hijos.
Qué bonito, qué bonito eso.
Pero no te preocupes, Emilia, porque esto no es un adiós.
No es un adiós.
Es simplemente un... Hasta luego.
Bueno, pues venga. Hasta luego.
Adiós, Emilia.
La gente te quiere, Juan.
La gente te quiere.
No sé. Sí.
No sé si merece la pena vivir aquí.
Toma.
Mamá, te has equivocado.
En vez de cereales no has puesto la comida del canario.
Son cereales integrales.
¿Qué?
Son cereales integrales y están buenísimos.
¿Por qué no puedo tomarlos de chocolate?
Porque ya sabes que te ha dicho el médico
que tienes que perder un poquito de peso.
Pero si está el más gordo que yo.
Sí.
Chicos, esta tarde, cuando salgáis del colegio,
nos vamos a ir juntos al parque.
¿Para qué?
Para hacer lo que hacen los niños de tu edad en un parque.
¿Un botellón?
Jugar.
Ah, y el viernes
nos vamos a ir juntos al cine.
Y mi papá quiere pasar un poquito más de tiempo con vosotros.
¿Pero qué te hemos hecho?
No me digas más que te lleve a los toros
Y yo te quiero
Y yo te adoro
Y no me digas más que te lleve a los toros
Emilio.
No puedo más, no puedo más
Y estas tostaditas se me van a quemar
No puedo más, no puedo más
Y estas tostaditas se me van a quemar
Qué bueno está
Qué bueno está
Los huevos revueltos con un poco de sal
Ay, ¿qué es esto?
Joder, qué susto. ¿Qué haces aquí?
Soy mi primer día de presidenta.
Venga, vamos, que tenemos muchas cosas que hacer.
Pero si no he desayunado.
Pero bueno, tú rentas a trabajar a las nueve. Pues venga, que son las nueve y diez.
Viste, que tenemos que revisar el edificio.
Ay, qué ricas.
¿Me puedo comer una?
Hace usted lo que usted quiera.
Ya estoy. Toma.
Bueno, a ver, Emilio, tú que llevas mucho tiempo aquí, ¿qué es lo primero que cambiarías?
¿Yo? ¿Mi sueldo?
¿Tú quieres que me haga tu sueldo?
Que lleve más tiempo congelado que a Guardini.
Bueno, venga, vale, luego le hablamos.
No, pero si no hay que hablarlo, si lo que hay es que subirlo.
Bueno, ya, pero vamos a hablar con todos los vecinos. Tú vete apuntándolo a todos.
Sueldo de Emilio.
Lo primero que hay que hacer es que las de arriba me paguen el alquiler.
Ya, pero yo ahí no me puedo meter, señora.
Si no me pagan el alquiler, yo no puedo pagar la comunidad.
Tengo muchos gastos.
Bueno, ¿y alguna otra cosita?
El ascensor.
El ascensor hay que cambiarlo ya.
Ay, no, por Dios, por Dios, ¿puedo cambiar el ascensor?
El ascensor.
¿Cambiar el ascensor?
Pues sí.
Pero tú sabes lo que vale un ascensor.
¿Tachó el ascensor?
Sí.
No, no, no lo taches. Pues no, porque Concha se ha quejado.
Pues que se queje y que suba por las escaleras, que le va a venir muy bien palartrosis.
Total, si se cae, nadie lo va a lamentar.
Entonces, ¿tú qué propones?
Pues que vuelva mi marido de presidente,
porque es el único que sabe llevar esto.
Porque a ti te veo un poquito perdida, bonita.
Sí, Vita Lucía, ¿qué apunto?
Nada, nada, venga, vámonos.
Hasta luego.
Yo lo llevo diciendo un montón de tiempo, hay que pintar el portal.
Porque cada vez que entro, me cojo unas depresiones.
Y poner, no sé,
una plantita, un algo,
un poquito de alegría de vivir.
Flores de plástico.
¿Cómo de plástico? Hombre, es que hay que arreglarlas menos.
Ay, no, Emilio, de plástico no.
Flores.
¿Y se te ocurre alguna otra cosa?
¿A ti qué postura te gusta más en la cama?
Perdón. No, es que estoy escribiendo un artículo.
A mí debajo que cansa menos.
No, ella. Venga, vámonos,
que tenemos muchas cosas que hacer.
Debajo. Anda, como a mí.
Debajo, claro, claro.
Aquí lo que hay que poner es contadores en todos los pisos.
Que lo de arriba son cuatro,
y nosotras dos, pues les estamos pagando todo el agua caliente.
Aquí están las galletitas.
Que te han dicho que no quieren.
¿Cómo no va a querer?
Come, tonta, come.
Bueno, pero solo un acojo.
¿Alguna otra cosita para mejorar el edificio?
Ceniceros. Se necesitan ceniceros.
En el portal, en el rellano
y en todos los ángulos de la escalera.
Ay, el tabaco.
Con lo guapa que era
y lo chupada que se ha quedado.
Voy a enseñaros unas fotos.
No, no, de verdad, si nos vamos.
De ahí ahora salimos.
Bueno, este es el piso.
Bonito, ¿eh?
¿Cuántos metros tiene?
Muchos, 80 o 100.
Oiga, ¿y qué tal son los vecinos?
Bueno, pues como en todas partes.
Pero bueno, ¿aquí qué pasa?
Anda, qué bien, si tiene asistenta.
¿Cómo que asistenta? Que soy la inquilina.
Ya no que no pagas.
No, doña Concha, basta de meterse en casa cuando le dé la gana.
¿Y si estoy desnuda, qué?
Pues te vistes.
Y no les enseño las habitaciones,
porque a saber cómo las tienen estas.
¿Quiénes esta gente?
Les quiero alquilar el piso.
¿Y qué pasa? Que nosotras vamos incluidas en el precio.
Bueno, ¿se lo quedan o no se lo quedan?
Me imagino que el piso estará libre de carga.
Sí, sí, sí, sí. Si están dos, se marchan mañana.
No, carga económica.
Oiga, ¿por qué me toma? Yo soy muy seria.
Sí, eso es verdad, que todavía no la he visto reírse.
Bueno, ¿me dan la fianza
o tienen que pasar por el banco?
Si no le importa, no os lo vamos a pensar.
Sí, claro, piénsense lo.
Pero les advierto que hay mucha gente
interesada por este piso.
Sí, nosotras, por ejemplo.
Mele, yo no puedo volver a casa de mis padres.
¿Y tú tampoco? ¿Se han cambiado las cerraduras?
Alicia, tenemos que conseguir
dinero ya.
Oye, ¿por qué no llamas a uno de tus 90 novios?
No me acuerdo de los nombres, me había acordado de los teléfonos.
Amba, que tú también.
¿Fernando?
¿El de abajo? Claro.
Sí, todavía, ¿no me he acostado con él?
Qué nombre, qué no, que es abogado, que igual nos dice algo.
Fernando.
No, yo me voy a cambiar.
No, pero concha no os puede echar así por las buenas.
Tenéis que llevar por lo menos tres meses sin pagar.
A ver, ¿cuánto hace
que firmasteis el contrato?
¿Qué contrato?
¿No tenéis contrato?
No, no.
Bueno, pues entonces es a ella la que le puede caer
un buen paquete.
¿Ah, sí? Sí, bueno, si podéis demostrar que veis aquí, sí.
¿Y valen las cartas del banco?
Claro.
Bueno, ya, por fin sirven para algo.
La próxima vez que se meta en casa, le voy a meter un puro
que se va a enterar la tía.
Un momento, un momento, se mete en vuestra casa.
Todos los días.
Dice, concha, entro. Y entra la tía y se pone...
No, no, no, sois las inquilinas, vamos, que es como si fuera vuestra casa.
Por Dios, cómo me gusta este chico.
Bueno, bueno, bueno.
Anda, que no hay casos de gente que no paga el alquiler,
luego tardan años en echarles.
¿Sabes que vuestra habitación está justo encima de la mía?
¿Eh?
No, no, no, no lo sabía.
El otro día se escuché.
¿Ah, sí?
Se nos oye mucho.
Lo suficiente.
Además, estuvisteis un buen rato.
Campeón.
¿Y tú?
¿Tú a qué curso vas?
¿Te has puesto rojo?
¿Yo?
Yo me voy a poner rojo, estoy aquí,
y hacer menos cosas.
Me voy porque se me está descongelando el pescado.
No pienses mucho en mí, ¿eh?
No, no.
Oye,
¿qué haces?
¿Qué haces?
¿Qué haces?
Oye, ¿dónde vas?
¿Yo?
A mi casa, chaval.
Claro, eso.
Anda, si estás aquí.
Que pronto al vuelta hoy de currar, ¿no?
¿Qué va? Señor de trabajar.
¿Qué tal todo?
Pues mal. Cada vecino me pide una cosa.
Nadie se pone de acuerdo.
Vaya por Dios.
Y encima ahora entiendo por qué pagamos
tan poco de comunidad.
El portero no tiene contrato.
Y el edificio no ha pasado la inspección técnica del ayuntamiento.
Qué vergüenza, ¿eh?
Y encima nos han reviso el ascensor
desde el año 94.
Bueno, más emoción cuando nos subamos.
Y la verdad, los papeles de este tío no hay quien los entienda.
Es que la vida no hay quien la entienda.
Bueno, voy a ver si está bajo en su casa, ¿vale?
Voy a dejar hablar con él.
No, no, no, no.
Ahora seguimos.
No, no, Lucía.
Bueno,
y yo...
Yo me espero aquí.
Cuando puedas, que estoy aquí, ¿vale?
Ya lo vamos viendo.
Uy, la señora presidenta.
Qué honor.
Buenas tardes. ¿Podría hablar un momentito con su marido, por favor?
Pues Juan no está. Está dando un paseo con el niño.
Porque como tiene tanto tiempo libre...
Bueno, pues vuelvo en otro momento.
No, pero pasa, pasa.
Cuéntamelo a mí.
Pasa, que ya sabes que yo estoy aquí para lo que necesites.
Bueno, pues he estado revisando las cuentas que me habéis dado.
Qué bien, qué rápido. ¿Y qué tal?
Pues mal. Son un desastre.
Bueno, pero ya estás tú aquí para revisar.
¿Qué?
Bueno, pero ya estás tú aquí para arreglarlo, ¿no?
Y además tenemos un problema con el contrato del portero.
¿Cuál?
Pues que no tiene. Tú sabes en el lío que nos podemos meter y si tiene un accidente.
Pobrecillo, ¿qué quieres hacerle a este hombre?
Pues nada, paloma.
Pero hay que hacerle un contrato o darle de alta a la seguridad social.
Ah.
Ya, bonita.
Pero es que solo somos seis vecinos y eso no saldría carísimo.
Bueno, pues habrá que pagar más de comunidad o prescindirte al portero.
Mira,
pues eso me parece muy buena idea.
Ambas dos.
¿Ves lo que habéis conseguido?
Lo primero que va a hacer es subir la comunidad.
¿Y tú cómo sabes eso?
Porque me lo ha dicho ella.
200 euros todos los meses.
¿Cuánto?
Uy, mira, ya estamos detardando en asomarse, señora.
Por favor, ¿podrían gritar bajito?
Los hay que trabajamos.
Pues trabaja, trabaja, que ya verás que derrama.
¿Derrama por qué?
La niña que también quiere cambiar el ascensor.
Pero ¿por qué lo va a cambiar? Que lo arregle Emilio como siempre.
Se vuelve a romper, pero es más garato.
Pues claro, este el cual se lo encarga su padre y se lleva a comisión.
¿Qué quieres decir? Que nos está robando.
Claro, ha visto lo que hace el marido de esta.
Y ha dicho pues yo también.
Oiga, que mi marido no ha robado nunca, ¿eh?
Nunca.
Hombre, yo un poco de dinero tengo ahorrado,
pero era para hacerme la depilación láser.
Esta lo que quiere es echarnos a todos
para que su padre se quede con el edificio.
Y entonces echaréis de menos a mi Juan.
¡Marisa!
¿Qué haces jugando?
¡Joder, qué susto!
¿Pero qué hacéis ahí?
Esto parece el congreso, me voy.
Una chiburga es patata mediana, arroz de cebolla.
Luego te digo dónde tienes la gracia, imbécil.
Hay que ver cómo me evita, Evelen.
Se acaba el trabajo provocando.
¡Eh!
La propaganda en los buzones.
Verá el día que te pille.
¡Geroso!
Emilio.
¿Sí? ¿A ti te gusta tu trabajo?
Es que si me gusta, me encanta.
¿No se me nota? Pues la nueva presidenta te va a echar.
¿Que me va a echar? Te va a echar.
¿Y a mí por qué me va a echar? Pues dice que sales muy caro.
¿Pero si me ha dicho que iba a revisar mi sueldo?
Pues te lo ha revisado, pero bien.
Dice que en una comunidad tan pequeña no hace falta portero.
Pero en el Madrid son menos y tienen tres.
Y a mí me da mucha pena.
Me da mucha pena, Emilio, porque aquí te queremos todos muchísimo.
Y que por el capricho de esta chica te tengas que ir.
Es muy triste, Emilio, muy triste.
Pues a usted lo que le digo,
que si me van a echar es porque no hago falta.
Y si no hago falta, ya no trabajo más.
Y dígale a la ustra esa que tenga cuidado conmigo,
que yo hice la milia en artillería.
¿Será posible con la pija esa de mierda?
Esa querida...
¡Tan, tan, tan, tan, tan!
¡Tan, tan, tan, tan!
¡Tan, tan, tan, tan!
¡Me quedo con el agua!
¡Ahora sí! ¡Pero cura la saluida!
¿Pero por qué? ¿Qué pasa?
¡Para vecinos, que son unos coteños!
¡Me encanta tu tatuaje!
¡Ahora tiene que enseñar la otra!
¡Ahora sí!
¡Ahora sí!
¡Me gusta la pija!
¡Me entorno!
¡Me beso!
¡Hola!
¿Cómo lo pasáis, eh?
Marisa, por Dios, ¿qué hace usted ahí?
Si te ve tu madre, te vas a enterar.
¿Vives con tu madre?
¿Y con su hijo?
No, no, no hagas caso. Esta señora está...
La típica talada...
¿Qué es donde los tiene escondidos?
Bueno, mira, ya quedamos otro día, ¿vale?
No, hombre, no. Espera, Vanessa.
Carmen, Carmen.
Perdona, es que tengo un amigo que se llama Vanessa...
Vete a la mierda.
Marisa.
A ver, no concas esa cara.
Si me necesitas va un apuro, pues ya sabes dónde estoy.
Vale, vale.
No te preocupes que yo la llamo, ¿eh?
El teo se va bien calentita a la cama.
Tendrías que haber visto la cara de la gente...
cuando les he contado todo lo que quiero hacer la nueva.
Echaban chispas, Juan, chispas.
Mañana mismo están todos aquí...
suplicándote de que vuelvas a la presidencia.
¿Qué te parece, tu paloma?
Que estás buenísima.
¿Qué?
Ay, que no, que no, Juan.
Que sí.
Que no, que nos van a oír los míos.
Pues que nos oigan.
¡Pero el amor, por fin!
Juan, estáte quieto.
Hombre, que tenemos cosas más importantes en las que pensar.
Céntrate un poquito.
¿Tú no querías estar más tiempo con los niños?
Sí, pero ahora no.
Bueno, pues habla con Natalia.
¿Yo?
Sí. ¿De qué?
Pues a saber lo que hace cuando sale de aquí.
Yo creo que tiene un lío.
¿Pero qué dices, mujer? Por Dios, es una cría.
Una cría? Pues le he encontrado un preservativo en el bolso.
¿Qué?
Que le hierven las hormonas.
Para arriba y para abajo todo el rato las hormonas.
Pues voy a hablar con ella ahora mismo.
Claro que sí. Tal vez su padre.
Para hablar con ella.
Estate un ratito, ¿eh?
Ay, qué gusto estoy en esta cama yo solita.
Hola.
Qué rápido habéis terminado, ¿no?
¿Se puede? No.
Natalia, quiero que hablemos.
¿Tú te encuentras bien, papá?
Sí, sí.
Pero es que a partir de ahora quiero que hablemos.
¿Vale?
Bueno.
Verás.
¿Qué tal?
Bien, muy bien.
¿Y tú qué tal? Bien, bien.
Natalia.
Tú ya tienes una edad en la que...
Ya no eres una niña.
Salta la vista.
Y es probable que ya empieces a notar
ciertos cambios en tu cuerpo.
Incluso que muestres cierto interés por los chicos.
Y eso es importante.
Y tenemos que afrontarlo juntos.
Que sí, papá. Que soy virgen.
Vale.
Oye, ¿no crees que en vez de preocuparte
tanto por mi vida sexual
deberías preocuparte un poquito más por la tuya?
¿Qué cosas dices, hija? ¿Cómo quieres que no me preocupe?
Cuando seas madre lo entenderás.
Sí, papá.
Pero vamos que tampoco tengas ninguna
prisa por entenderlo.
Esas cosas...
Ya surgirá.
Tú tranquila.
Dios.
Menudo rello que te has soltado.
Pero tú no estabas dormido.
O sea, que eres virgen, ¿no?
¿Y a ti qué te importa? Que me ha guapo.
¿Qué ha pasado?
¿Qué ha pasado?
Qué hora es, por Dios.
Niña más de ahora.
Sí. Emilio, soy Vicenta.
Estoy preocupadísima.
¿Qué le pasa, señora?
Creo que he tirado sin querer el papel de plata en el cubo amarillo.
¿Ya ves tú?
Para eso me despierta. Hombre, un poquito de por favor.
Que son las dos de la mañana.
¿Qué hago? Hombre, pues para estos asuntos
tan graves. Llame a usted
a la señora presidenta directamente.
Pero ¿cómo voy a llamar a la presidenta a estas horas?
O sea, a ella no y a mí sí.
Ya la llamaré mañana.
A una hora más decente.
Sí, eso. Llámela usted mañana a una hora más decente.
¿Qué tal?
Venga, buenas noches, doña Vicenta.
Noches, buenas noches.
Loca, estás loca.
Sé que...
Ya estoy...
¡Vamos!
Mi nombre.
Hola, buenos días. Soy Vicenta.
Quería hablar con Lucía.
Para usted, señora presidenta.
Vale.
Sí.
Soy Vicenta. ¿Os he despertado?
Pues claro, coño, que no se ha despertado.
Son las siete de la mañana.
No, no, no, no se preocupe, Vicenta.
Si ya nos teníamos que levantar.
Le he votado a la noche en vera preocupadísima.
Tienes que avisar a la ayuntamiento.
¿Qué pasa? Que ayer me equivoqué y tiré el papel
de plata de jamón de llor en el cubo amarillo.
Bueno, pues...
Lo ha hecho muy bien.
¿Por qué es papel? Eso va en el azul.
Bueno, pero no se preocupe, Vicenta.
Si no lo hace bien, pues bueno, no pasa nada.
¿Ah, no? ¿Entonces para qué reciclamos?
Bueno, que...
que luego hablamos, que me tengo que ir a trabajar.
Buenos días.
Joder, tía, es que esto es el colmo.
¿Para qué te va a llamar la próxima vez?
¿Para que le programes el vídeo?
Oye, Roberto, me tienes que hacer un favor.
Ay, menos mal.
Creí que no te iba a apetecer nunca.
No, no, no, si me tuve que ir a trabajar sin falta.
¿Cómo es que va a venir el técnico del ascensor?
Ah, no, no, no, no, no, no, a mí no me lies.
Venga, va. No, no, no, tú querías ser presidenta,
pues toma. Venga, va, si solo es un momentito,
eh. Le he hecho un vistazo y te da el presupuesto.
No voy a duchar.
Bueno, yo alucino.
Dígame.
Dígame.
Oye, ¿y el papel de los Magdalenas?
Mira, señora,
coma galletas, que es mucho más sano.
¡Viene, que viene, que ya está aquí!
Tía, que tal, al paz del dios.
¡Que no me dan la gana, no!
No me dan la gana, Alicia, no.
Soy concha, entro.
No, usted no entra aquí más.
Déjame pasar, ¿pero qué me habéis puesto aquí?
¿No puede entrar a casa sin vuestro permiso?
¡Pero si es mía!
Sí, pero la hemos alquilado y es como si fuera nuestra, nos lo ha dicho el primero que es abogado.
¡Son dos bolfas!
¡Y cuidadito con nosotras, que no nos ha hecho contrato y la podemos denunciar!
¡Volveré!
¡Eso! ¡Cuando quiera!
¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍ! ¡Con cuidado! ¡No, no lo quiero! ¡No lo quiero! ¡No, no lo quiero! ¡Déjame ir!
¿Vosotros qué tenéis contra mí?
¿Perdón?
Os habéis juntado con las dos bolfas de arriba para hacerme la vida imposible.
¿Señora de verdad es que no sé de lo que me está hablando?
¡Y mucho cuidadito conmigo!
¡Joder qué miedo!
¿Qué le ha dado esa señora?
La chica es que me pidieron un par de consejitos sobre su alquiler y no le ha debido gustar nada.
¿Cómo consejitos? ¿Cuándo se habló con Alicia?
Pues ayer, ayer bajaron las dos.
Ah, además estuvieron aquí. ¿Y por qué no me las contaron?
Pues porque no tiene importancia.
Claro que no tiene importancia.
A ti en el fondo te encanta que Alicia esté detrás de ti.
Y te importa un pimiento lo que yo pueda sentir.
Aure, te juro que la próxima vez que las vea que lo digo.
¡Ah, que las vas a volver a ver!
¡Dios!
Además, Fernando, pero... ¿Tú por qué te metes donde no te llama?
Porque soy abogado. Es mi deber.
¡Vaya hombre, ahora vas de garzón por la vida!
Esa tía me da miedo. ¿Tú te has fijado en sus ojos?
No.
Igual que los de Aníbal Lette. Igual, igual. Clarís, Clarís.
No exageres. Es una pobre señora, mayor indefensa.
Sí, lo mismo dijeron de Pinochet para que no entras en la cárcel y mira.
Además, ¿qué nos va a hacer si somos vecinos?
¿Tú no ves la televisión? Hay vecinos que se clavan los puñales todos los días.
Te ha puesto nerviosa, ya está.
De verdad, ¿cómo te gusta pensar mal de la gente?
Pero bueno, ¿qué follón de cabres es este?
¿Cómo no lo sepas tú?
¿Quién ha pasado la última revisión de este ascensor?
¿Yo? ¿Qué pasa?
Pues que has hecho un trabajo curioso.
Estos dos cabres están pegados con chicle.
Claro, sea uno aislante. No le haga caso a este que este no tiene ni puta idea.
¡Hostias!
¿Lo ves? ¿Qué es que no sabes?
No sé, que no sé que me he cargado la caja del bote que he pegado.
No sé.
¿Se puede hacer algo con el ascensor?
Sí, se puede hacer una oera. Hay que cambiar la caja, el motor, las guías, los contrapesos.
Pero del cuadro de mando no ha dicho nada.
Del cuadro de mando no ha dicho nada.
Mira, mañana ya vendrá alguien a haceros un presupuesto en orden.
Son 90 euros.
¿Qué?
¿Pero te tengo que pagar yo?
No.
Yo soy de Ascensores Sin Fronteras.
90 euros por un vistazo de dos minutos.
Pero bueno, tú estás querido que eres un notario.
Pero mira, payaso, ¿no te das cuenta que casi me he quedado ahí pegado por tu culpa?
Mira, pegado te vas a quedar, pero como me digas...
¡Te voy a quedar! ¡Te voy a quedar!
¡Te voy a quedar! ¡Te voy a quedar!
¡Te reviento! ¡Y a ti!
¡Te reviento!
Un momentito, por favor, te lo pido.
Que no se te va poniendo nervioso, sabe, cuéntate.
No, no, no, no lo deja, venga. Fuera, fuera, vamos.
Vale, vale, vale, vamos a dar una bultecita.
Mejor que tú ponas y yo me quedo aquí arreglando esto, anda.
Mira, este ascensor lo ha tocado personal, no cualificado.
No pasan las revisiones y no pasa ni una sola medida de seguridad.
Eso también lo sé yo y sin cobrar, ¿listo?
Joder, Emilio.
Mira, mira, voy a dar parte al fabricante para que os metáis una denuncia...
y se os va a caer el pelo.
¡Va a meter un puro curioso!
Eso no hace falta, porque no me va a meter...
¡Que me vas a meter a mí! ¡No me meto ni miedo!
¡Va a meter, va a meter! ¡A ver si vayas más por aquí!
¡Listo, que eres muy listo!
Macho, te cobran 90 euros por denunciarte, ¿eh?
Tú tienes talento para estudiar los negocios, ¿eh?
Pero, tío, ¿se puede saber de qué vas? ¿A ti qué te pasa?
No sé, pregúntale a la presidenta.
A ver qué me pasa.
Que te lo comas ya todo y que te calles.
Pero ¿dónde te habían decidido? ¡Ya casi hemos terminado de cenar!
¡He alquilado la Sirenita para que la veamos todos juntos!
¡La Sirenita!
¡Papá, estás mezclando medicamentos!
¡Venga, venid para acá! ¡Que esto ya está listo!
¡Yo es que tengo que estudiar muchísimo, eh!
¡Sí, y yo he quedado con Dani!
¿Pero y el postre?
¿Qué pasa? ¿Que no queréis verla o qué?
Juan cariño, es que... ¡La Sirenita!
Ellas no son tan pequeños.
¿Qué pasa? Pues es bien bonita.
Sí, sí, bonita, ¿eh?
¡Ah, canta que no canta bien la chica que canta de maravilla!
Sí, hombre...
¡Me ha dejado que me dices, eh!
¡Anda que no me responde!
Pues muy gordito también.
¿Y el pez gordito ese?
Sí.
¿Y la bruja con los dentátculos que la deja ya sin voz?
Sí, es una preciosidad, hombre.
Sí, pero es que...
Está bien, la veré yo solo.
No, hombre, no. Ya, papá, ¿me la veas tú solo?
Pues la veo yo contigo, que para eso te has gastado el dinero.
Pero bueno...
Mira, no puede ser.
¡Fernando!
¿Qué pasa?
Mira.
¿Qué has hecho?
Ha sido la esquizofrénica del piso de arriba.
¿No has hecho olegia a la camisa?
Huele, huele, mira, si esto es de gía, de gía...
¿Pero está seguro que ha sido ella?
A ver, Perry Mason, quien nos odia y vive encima de nosotros.
Concha.
¿Haz algo?
Deténla, métela en la cárcel.
¿Pero cómo va a ir a la cárcel por esto, Mauri?
Cargarse una camisa así de Dolce Gabbana es un crimen.
Se va a enterar, hombre.
Espera, espera, voy a hablar con ella.
¿Por qué no podré yo?
Pues porque cuando te enfadas se te nota mucho la pluma.
Que se me...
Quiero decir...
Perdona, pero yo no tengo pluma.
Tú tienes mucha más pluma que yo. ¿Qué te he visto?
¿Lo ves?
Te exaltas y te pones en plan Meryl Streep.
Oh, todo es un drama.
Esto es el colmo.
No, no, no, no, esto es el colmo.
Ahora resulta que yo tengo que cambiar mi forma de hablar
para que no se note que tú eres gay.
Mira, otra colilla.
Esta señora no puede fumar por aquí
porque luego todo el olor me entra a mí en la casa.
Oiga, que yo no soy presidente.
Dígaselo a Lucía mañana en la junta.
Ay, tu novia. Tu novia es una cachonda.
La hacemos presidenta y ¡ala! Desaparece.
No, no desaparece. Está trabajando.
Bueno, Roberto, por fin te cuento.
Estoy en olivo.
Las caquitas de Valentino de que tirabas
en el como amarillo o en el gris.
Porque son de ese chornánico, pero la bolsita es de plástico.
Pero, a ver, a ver, ¿y a mí qué me cuenta?
Pregunte solo a Emilio sobre estas cosas.
A mí a tirarlas donde quieras, pero no las pases.
A ver, apartense que soy peligroso.
¿Y a ti qué te pasa?
¿Qué me pasa?
Mira mi camisa.
Pero, hijo mío, ¿cómo le echas lejía?
Esto se lava mano y el frío.
Pero sí es que los hombres cuando viven son los que quieres.
No he sido yo, ha sido Concha.
Pues lava la ropa de la vecina.
Presidente, con suerte vamos para arriba.
Aquí hay movida.
A ver cómo lo puedes solucionar.
Claro, los da tu novia.
Mauri, por favor, tranquilízate.
No, sí, yo estoy muy tranquilo.
Pero de aquí no me muevo hasta que se discurpe.
Vale, pero déjame a mí.
Concha, a ver, hay que estar hablando mal de ti.
Y tú, llámale a la presidenta o algo, ¿no?
Pero ¿qué cree que estoy haciendo, señora?
¿Pitiendo una pizza?
No sé.
Sí.
Sí, sí, sí, tranquilo, tranquilo, que ya subo.
Vale, voy.
Mañana.
Pero bueno.
Pero bueno, ¿qué pasa aquí?
No les dejes entrar, hijo.
Mira, Armando, creemos que tu madre...
No, creemos no.
Tu madre me ha tirado lejía al coche.
¿Qué?
Habrán sido las del tercero.
Mi madre es un fielo.
Si ha sido ella, habrá sido sin querer.
No te digo que no, pero...
Imagínate que me asoma el patio en ese momento.
Me deja más rubio que Madonna.
Bueno, tranquilo, costo la regla en esa seguida.
¿Qué te ha costado la camisa?
250 euros.
Bueno, no pasa nada, ya te comprarás otra.
Me voy, que he quedado.
¿Cómo que se va?
Dile algo, Fernando.
Mira, mejor te compro yo una camisa nueva.
Bueno, no te preocupes, ¿eh?
Mejor te compro yo una camisa nueva.
Buenos días, señora presidenta.
Me parece que a ti igual la requiere.
Hola, ¿qué pasa?
Ah, que hermosa.
Ya era hora, cariño.
¿Qué pasa aquí?
Nada, rocetillas de convivencia.
Cocha me ha tirado por el patio, le decía.
Haz algo, ¿no?
¿Qué quieres que haga?
Ese es un problema tuyo personal.
O sea, que tenemos una loca en el edificio
y ese es un problema mío personal.
A ti la única loca que hay es ella,
que quiere clavar 200 euros de comunidad.
Pero bueno, ¿qué dice?
Señora, ¿puede salir un momento, por favor?
Uy, no, no, no, no, no, que a mi ese chico
me da mucho miedo.
Mira que si me quiere hacer algo malo.
Mira, Lucía, yo me largo.
Esto se te está yendo de las manos, bonita.
Ay, por cierto, ¿las caquitas del perro
dónde hay que tirarlas?
Donde le dé la gada.
Me está poniendo enfermo con las caques del perro.
¿Lo ves?
Todo esto con mi Juan no pasaba.
Adiós.
Aquí, aquí, aquí no hay quien viva.
Buenas.
¿Qué pasa?
¿Que tú también estás enfadado conmigo?
¿Yo?
¿Tú por qué me iba a enfadar?
Si me encanta comerme marrones.
Fíjate si me gusta que desde que vivimos aquí
no he hecho otra cosa.
Sí, sí, has hecho otra cosa.
Ponerme problemas a todo.
Te lo dije, no seas presidenta, que es un marrón.
¿Te lo dije o no te lo dije?
Ya, pero yo pensaba que los vecinos iban a colaborar
un poquito más.
Pero si los vecinos son una mierda y la prueba está en que
la gente que tiene pasta se va a vivir a un chale.
¿Y ahora qué quieres que haga?
Porque ya me he comprometido.
Pues di que no, pasa de ello, es muy fácil.
No es mañana la junta.
Ya, pero no puedo.
Además, no van a poder conmigo.
Muy bien.
Perfecto, pues yo me voy.
Elige, los vecinos o yo.
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
¡Toma la puerta!
Perdona, ¿puedo hablar contigo un momento?
Sí, sí, claro.
Es mi padre, se está rayando que no veas.
Hoy ha alquilado la sirenita y quería que lo abiramos
todos juntos.
A mi hermana la suelta charlas y a mí me lleva al parque.
Nos está puteando a mogollón.
Tranquilo, chaval, cuando tengas 30 años
te irás a vivir con tu novia.
No es como echar de menos a tu padre.
Bueno, ¿y qué tengo que ver yo con todo esto?
Pues que cuando mi padre era presidente
a nosotros nos dejaba ir a nuestra bola.
Si por lo menos lo dejarás que lo fuera un poquito,
aunque solo fuera por las tardes.
Por favor, que lo pido,
enrrollate.
Bueno, ya me lo pensaré.
Vale, adiós.
Hasta luego.
¿Has visto el color de las paredes, que es oso?
Vaya reforma.
Y parece montar tanto ruido, Jamiá.
No ha puesto ni canapés ni nada.
Bienvenidos a todos.
Vamos a empezar la junta extraordinaria.
Un momento.
Yo quiero decir mis últimas palabras como presidente.
¡Hala, por favor!
¡Dinito!
¡Qué dreves!
Pues muy bien, consta, Nacta.
Bueno, yo lo que quería deciros...
Yo lo que no quiero es pagar más comunidad.
Usted lo que va a pagar es mi camisja.
Un momento. Y yo también quiero hablar.
Joder. No, joder, no.
Llevo siete años trabajando en esta finca.
Yo, el portero, siete años y sin contrato.
Trabajando sin recursos,
sin tecnología, sin ordenador
y sin nada. ¿Y me quejáis alguna vez?
¿Me quejáis alguna vez?
Cuando no me compraron las vaporetas, ¿qué hice?
Quedarme callado. Y eso que tenía las pardas
que me estaban matando, que estaban infregando el suelo...
Agachado. Venga ya, hombre.
Anda ya. Tú solo te agachas cuando sube la vecina
del tercero con minifalda. ¿Y cómo me lo pagan?
Echándome a la calle, ¿no?
Tranquilo, Emilio, que nadie te quiere echar a la calle.
La única que dimite de su cargo soy yo.
¿Cómo? ¿Cómo?
Pero no quería ser presidenta. Pero no a cualquier precio.
¿Esta lo que quiere ahora es comprar?
No, lo que pasa es que en esta comunidad todo el mundo
quiere tener las escaleras muy limpitas, las paredes
pintadas y el ascensor funcionando.
Y todo eso sin poner ni un... Pues sí, pues sí.
Eso es lo que queremos. Por eso no hay alguien
que no se entiende.
Pues así yo no puedo trabajar. Así que nada.
Que ya está, que no, que no, que dimito.
Muy bien, cariño. Vámonos a casa.
Esta es nuestra casa.
Coño, ¿es verdad?
Venga, todo el mundo fuera. Esto ya se ha terminado.
Vámonos.
Un momento, vamos a ver. Si ella renuncia habrá que elegir otro presidente.
¿Qué?
Bueno, ¿qué?
Yo me presento voluntario.
Pero por favor, hombre, que es que estáis hablando en serio.
Ya, por favor.
Pero alguien tendrá que ser presidente, ¿no?
Claro.
¿Algún otro voluntario? No, no.
¿A parte de Juan Cuesta?
No, no.
¿Yo?
No, no, por favor.
A ver si se puede presentar alguien, ¿no?
En estos casos, según la ley, se hace un sorteo
entre los propietarios y el que salga elegido
se queda como presidente durante un año,
le guste o no le guste.
Muy bien, haganlo. Venga.
Venga, por favor. Yo voto a Juan Cuesta.
Yo también.
Bueno, pues yo también, claro. Que remedio.
El presidente, este también.
Mayoría suficiente. ¡Mi marido presidente!
¡Ah, Juan! ¡Qué más ganas!
Gracias, Juan. Os complico que mi nuevo proyecto
va a ser muy discurso.
¡Pero un respeto! ¡Que está hablando el presidente!
¿Pero dónde vais?
¡Habla, Juan! ¡Yo te escucho!
¡No, no, no! ¡El discursito en el rayano!
¡Venid a circular con las Lindy al maestro del programa!
Y quiero deciros que no os guardo ningún rencor a ninguno.
¡Y lo digo sin acritum!
¡Venga, que no!
Bueno, ¿qué?
Estarás ya contento, ¿no?
Pues sí.
¿A qué vas hecho por mí?
Pues no.
Lo hecho porque ser presidente en la comunidad
es lo peor del mundo.
Sí, es más fácil ser presidente del Gobierno.
Hijo míos,
tengo que daros una mala noticia.
Sé que había prometido llevaros mañana al zoo,
pero no va a poder ser.
Porque he vuelto a ser elegido presidente
por unanimidad.
Vaya que pena, papá.
Sí, con la ilusión que nos hacía.
Bueno, pero si es importante para vosotros,
yo puedo hacer un hueco, ¿eh?
No, no, no, no. Hombre,
era importante, ¿no? Pero
tranquilo, lo superaremos.
Sí, papá, tú dedícate a los vecinos.
Ellos te necesitan.
Qué hijos tenemos
para que luego diga a tu hermana que los suyos son mejores.
Buenas noches, hijos. Buenas noches.
¡Pela que nos hemos librado, chaval!
Pues ya me estás dando las gracias.
Si yo no llego a hablar con la vecina de arriba,
mañana a dar de comer a los monos.
Estos días.
Llevas cuatro horas sin fumar.
¿A que no tienes ganas de coger un cigarro?
No, lo que tengo ganas es de cogerte
a ti del cuello. Verás como
dentro de unos años me lo agradeces.
Ya, pero mientras tanto,
no te me acerques mucho.
Buenas noches.
Marisa, te estoy viendo.
Bueno, mire. Coño.
Ya estamos.
Se puede saber qué hace en nuestra casa.
Cobrar el alquiler que me ha pagado
tu amiga.
Vas a ver de dónde lo has sacado.
Eso digo yo.
Alicia.
¿Has visto? Dime que me adoras.
¿Y tú de dónde has sacado la pasta?
Oye, ¿puedo vaciar ya el armario?
Sí, sí, Bren ya va a recoger sus cosas.
¡Blen! Yo soy Nuría. ¿Qué tal?
Huele como, no sé, como hamburguesa, ¿no?
¿Y a qué quieres que huela?
Ah, es que no soporto la carne.
Oye, date prisa con lo del armario, anda.
¿Esta quién es?
Nuestra nueva compañera de piso, ¿qué te parece?
Ah, genial. Lo que pasa es que es en mi cuarto.
¿Yo dónde duermo?
Conmigo, en mi habitación.
No decías que estabas harta de dormir sola, ¿oh?
¡Blen! Voy.
Esta te juro que me la pagas.
Pero si lo vamos a pasar muy bien.
Pues sí, es genial.
De verdad que yo no sé,
una comunidad con seis vecinos y quinientas
postas de basura. Mira cómo me he puesto las manos.
Vamos, yo...
Emilio, respiro.
Venga, Paco, hasta mañana.
Tío, ¿qué haces buscando
la basura? ¿Están mal de pelas o qué?
No, no, Paquito, es que la gente es muy guardra.
Mira, este es del vitrio, pues huele a pescado.
En este del cartón, yo no sé qué más han echado,
pero mira, chorrea.
Claro, sin balplaneta.
Sin bosques, sin ballenas, sin esquimales, sin nada.
De verdad, qué poquita consideración, macho.
Poquita no, ninguna.
Va, venga, hasta luego. Bueno, venga, hasta mañana.
Aquí esto no, Paquito.
Paquito, aquí esto también.
¡Qué mal, macho!
¡Hala, pero y esto!
¡Pero qué camisa más bonita, niño!
Por esto, por listo, lo reciclo yo para mí.
El que me iba a decir a mí que iba a estrenar yo
esta semana una camisa.
¡Qué motivo más bonito!
De verdad que, fíjate, que hay un refrán
que dice, no te acostarás
sin encontrarte una camisa de la basura.
Y a verdad, fíjate que todos los refranes
son verdaderos.
Mi duele cien padres y...
¿Qué pasa bien en tus padres, no?
¿Qué se lo voy a decir?
¿El qué?
Pues que tú y yo somos pareja.
Fernando, tú no estás preparado para decírselo.
Yo quiero que salgas del armario, pero vivo.
Esta chica, Alicia, la vecina,
si le pedimos el favor,
a lo mejor sí podría hacer pasar por mi novia ahí.
Claro que sí, yo encantada.
Pero ¿por qué les tienes que decir
a tus padres que tienes novia?
Porque no se atreve a decirles que es gay.
Pero tú, ¿por qué eres tan envidiosa?
Nuria, pero bueno, ¿qué haces tú aquí?
Que me acabo de mudar aquí enfrente.
¡Qué casualidad!
Oye, ¿y tú qué tal? ¿Sigues con aquella chica por la que me dejaste?
A ver, ¿qué quieres que haga?
¿Que te pida perdón?
He puesto unas braquitarnías en el cajón de Lucía.
Seguro que ella la va a reconocer seguida.
La pregunta es,
¿la reconocerás tú?
La noche que me han dado las de arriba.
Entrando y saliendo hasta las 5 de la madrugada.
Y encima subiendo hombres.
¿Qué quieres decir? Que son putas.
¿Qué son? De arriba, las dos chicas.
¿Puedes demostrar todo esto que estás diciendo?
Esta tarde a las 8,
Belén tiene un cliente.
La cerveza te la veo de San Morro,
que si no luego me tengo que poner a fredo.
¿Pero qué haces?
Ponte por 200 euros.