Diagnosticaron a mi padre de demencia.
Sus habilidades cognitivas estaban empeorando, un hombre muy inteligente, ingeniero eléctrico en Silicon Valley en sus inicios, en los años 70.
Y un día llegó a casa después de ir, como todas las tardes, a por su café a una cafetería cerca de casa, a solo unas siete calles de distancia, y le dijo a mi madre que le había costado encontrar el camino de vuelta.
El hipocampo es una estructura crítica para la memoria espacial, enseguida me di cuenta de que le pasaba algo en el cerebro.
Su personalidad era la misma, pero le costaba recordar cosas que antes hubiera sabido.
Entonces me di cuenta de que quería cambiar nuestra relación personal.
Como descendiente de tercera generación de japoamericanos, nuestra cultura es muy educada y amable, pero no muy afectuosa.
Por ejemplo, en mi vida adulta no había dicho nunca "Te quiero" a mis padres.
Es algo muy emocional, no lo hacemos.
Ellos vivían en California y yo en Nueva York.