Hoy para llegar acá, puse Waze Siempre hago lo mismo.
Me subo al auto.
Cargo la dirección y sigo las indicaciones que me da el app.
Cuando empecé a hacerlo es porque me parecía que era buena idea tener información del tránsito en tiempo real para elegir el camino.
Pero ahora lo hago sin pensarlo.
Se convirtió en un hábito.
Investigando con Mariano Sigman para un libro, nos dimos cuenta de que como resultado de esta obediencia ciega a los algoritmos, se estaba perdiendo una pregunta muy importante: ¿Qué quiero hacer hoy?
¿Estoy apurado?
No tengo ganas de ir tranquilo por un camino lindo escuchando música.
Yo había asumido como propia la meta de la aplicación.
