Hoy no es sólo que vayamos a hablar de refranes, es que vamos a repasar unos refranes que llevamos milenios diciendo, porque ya eran dichos o sentencias en latín.
¡Esto lleva vigente más de dos mil años!
¡quedate!
Una de las sentencias clásicas más populares, que hasta las personas que nunca estudiaron nada de latín citan en latín, es el mítico "carpe diem".
El poeta romano Oracio, que nació en el sesenta y cinco antes de Cristo, escribió esta locución en el primer libro de sus odas.
Carpe die en un minimum crédula postero.
Literalmente, aprovecha el día, confía lo mínimo en el futuro, y de ahí la primera parte de este verso ha pasado a expresar que aproveches el presente, que goces o que disfrutes del momento, porque nunca sabes lo que va a durar.
Nosotros tenemos unas cuantas frases con las que expresamos ideas similares: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", "La vida es breve", "El tiempo vuela" y muchas de ellas vuelven a llevarnos al latín.
El tiempo vuela no es más que una traducción de "Tempus Fujit", otra máxima latina que parece derivar de un verso de Virgilio y que puedes encontrar grabada en muchísimos relojes de sol y de péndulo.
Y otra frase similar es "Memento mori, recuerda que morirás", una sentencia que también viene a recordarnos que nuestro tiempo es finito y que, según parece, le iban susurrando al oído a los generales romanos cuando desfilaban triunfales por las calles tras una victoria militar.