La victoria de Don Pelayo en Covadonga frenó la invasión musulmana de la península ibérica.
Allí empezó la Reconquista, y de ahí viene el dicho: "Asturias es España, y lo demás, tierra conquistada".
Esta guerra de 8 siglos no solo dejó batallas, la lengua, el arte y la arquitectura se enriquecieron.
Los cristianos conversos, moriscos y sarracenos aportaron exotismo frente a la austeridad de los arquitectos hispanos, cuyo fundamento era la piedra.
Así nació la arquitectura mudéjar.
El cóctel islámico, románico y gótico, llena España de tesoros como el palacio real de la Almudaina, en Palma de Mallorca, o el Cuarto Alto de los Reales Alcáceres de Sevilla.
Y los monasterios de Santa Clara de Tordesillas o Santa María la Real de las Huelgas.
El palacio de la Almudaina, de cuerpo árabe y corazón cristiano, fue vital en el control del Mediterráneo.
Jaime I arrebató Madina Mayurqa, hoy Palma de Mallorca, a Abu Yahya.
En un lugar estratégico, arropada por tierra abierta al mar y custodiada por la catedral gótica, la Almudaina se yergue altiva en la isla de Mallorca.