Hace mucho tiempo, en la Edad Media, los mineros empezaron a darse cuenta de que, cuanto más profundo cavaban, más calor hacía.
Quién sabe qué pensarían sobre eso, pero el físico Lord Kelvin - el físico más caliente de la época - tenía una teoría: la Tierra nació caliente, y ha estado enfriándose desde entonces, como una patata asada sacada del horno.
Es más, Kelvin estaba seguro de que esta idea le permitiría calcular la edad de nuestra patat- eh. . . de nuestro planeta.
Imagina sacar dos patatas recién asadas del congelador - una que ha estado sólo un minuto y la otra media hora.
La que lleva un minuto aún se sentiría como una patata caliente, mientras que la que lleva media hora ya se habrá enfriado bajo la superficie - tendrías que meter el dedo hasta el centro para sentir algo de calor residual.
Y en principio podrías deducir cuánto hace que se asó la patata con saber la temperatura bajo su superficie, que es exactamente lo que hizo Kelvin - sólo que con la Tierra.
Y rigor científico.
Tomó medidas de temperatura de las minas, las puso en sus cálculos y obtuvo… 20 millones de años.
Que, por supuesto, es muy MUY erróneo - de algún modo, las altas temperaturas justo bajo la piel de la Tierra hacían creer a Kelvin que nuestro planeta básicamente acababa de salir del horno cósmico, cuando ahora sabemos que tiene 4500 millones de años.
El error de Kelvin se suele atribuir a que, en fin, aún no se había descubierto la radioactividad, que crea un montón de calor en el núcleo de la Tierra y ayuda a mantener el planeta calentito.