El 3 de Mayo es el día de la Santa Cruz.
Los albañiles la veneran en esa fecha en cada una de las construcciones en que trabajan.
Construyen altares dedicados a la cruz y los adornan con flores, velas y papel de muchos colores.
Paran al medio día, y esperan que llegue el padrino de la celebración, el arquitecto o el propietario de la construcción, quienes traerán la comida y la bebida.
La noche anterior hacen una cruz con material de la misma obra.
La decoran con flores y papel de colores y la colocan en el lugar más alto de ella, donde “todo el mundo” la pueda ver.
Generalmente piden a un sacerdote que bendiga la construcción y una vez concluida la parte religiosa del festejo comienza la fiesta.
Suelen celebrar con fuegos pirotécnicos y, si el presupuesto lo permite, contratan una banda de música y la llevan a la construcción para amenizar el momento; luego sirven la comida que consiste en platillos típicos.
Son tradicionales las carnitas, la barbacoa y el pozole acompañados con cerveza o pulque.
Mi papá era arquitecto y más de una vez lo acompañamos a alguna de sus obras.