Cuando el principito mostraba esta imagen a los adultos, ellos solamente veían un sombrero, pero el principito veía mucho más que eso.
Veía una boa, que ingería un elefante.
Ahora, si yo les muestro esta imagen y les pregunto: ¿Qué ven?
Muchos probablemente dirán que es una biblioteca, un conjunto de libros, estantes con muchos cuentos, pero en mi biblioteca yo veo mucho más que eso, yo veo: un portal a un mundo lleno de aventuras, un pasaporte, a un lugar lleno de magia.
A mí, me fascinan los libros!
Cuando los leo siento que me transporto a otra dimensión, al leer Harry Potter siento que soy yo el que está peleando contra Lord Voldemort, y eso es una sensación increíble.
Pero, lamentablemente, no es así para todos los niños, y no todos pueden apreciar la magia de la lectura.
En la ciudad donde vivimos, Córdoba capital, hay comunidades con pocos recursos donde los padres, o no saben leer, o no terminaron sus estudios, o no tienen libros en sus viviendas.
Y me pregunté, si esa era una razón por la que algunos chicos no pueden apreciar la magia de los libros.
A través de mi tía, me contacté con el jardín de infantes "Rincon de sueños", de una escuela municipal llamada Mutualismo Argentino, donde asisten los niños que viven en la villa, el Nylon y el Pueblito, dos asentamientos urbanos marginales.
