Cada inicio de la primavera, la ciudad española de Valencia se viste de fiesta.
Del 1 al 19 de marzo, la ciudad se vuelca en la celebración de las Fallas, una fiesta que combina la tradición, el arte y la sátira y que deberías vivir al menos una vez en la vida.
Las Fallas son, sobre todo, luz, ruido y mucha, mucha pólvora.
El origen de las Fallas se encuentra en la antigua costumbre de los carpinteros de tirar trastos y ropas viejas frente a sus talleres durante la noche del 19 de marzo.
Ese día se celebra la festividad de San José, que es también el santo patrón de los carpinteros, por eso la fiesta se sigue celebrando en esas fechas.
Con el tiempo, esos trastos viejos fueron tomando formas más elaboradas y empezaron a utilizarse para expresar críticas o mensajes irónicos.
Se convirtieron así en los llamados "ninots", las figuras o muñecos de cartón-piedra que son parte de las Fallas en la actualidad y que son esenciales para la fiesta.
Como veis, ahora algunos de estos monumentos son verdaderas obras de arte efímeras.
Muchos de ellos tienen presupuestos millonarios, pero al igual que hacían los carpinteros en el pasado, todos acabarán quemados en la noche del 19 de marzo.
El ruido ensordecedor ya empieza a retumbar a principios del mes de marzo por esta ciudad mediterránea.