Un Burro cojo vio que le seguía
Un Lobo cazador, y no pudiendo
Huir de su enemigo, le decía:
«Amigo Lobo, yo me estoy muriendo;
Me acaban por instantes los dolores
De este maldito pie de que cojeo;
Si yo no me valiese de herradores,
No me vería así como me veo.
Y pues fallezco, sé caritativo;
Sácame con los dientes este clavo,