Hola, queridos hablantes. Soy Alberto Bustos.
"Enero" viene del latín "januarius". Es el mes del dios Jano, al que los romanos representaban con dos caras, porque estaba mirando al año que salía y al que entraba.
Jano es también el dios protector de las puertas y de las transiciones. En el calendario arcaico romano, el año no empezaba en enero, sino en marzo.
El inicio del año, sin embargo, se trasladó a este mes en el año 153 antes de Cristo, cuando se introdujo una reforma fuertecita en el calendario.
Febrero es el mes de la purificación. "Februo" en latín era un verbo que significaba 'purificar'.
Todos los años, en febrero, se celebraba una fiesta conocida como la februa. La februa era un instrumento, era una especie de látigo que estaba hecho de tiras de cuero.
Y los romanos se echaban a la calle februa en mano y se ponían a azotar a todo el que se les cruzaba. Esto era un azote ritual que tenía una función simbólica: servía para purificarse.
Además se creía que todo esto ayudaba a las mujeres a quedarse embarazadas y a tener un buen parto.
No tengo dudas de que de estas fiestas y de todos estos desórdenes y de andar todo el mundo revuelto salía más de un embarazo, pero prefiero no entrar a indagar las causas más de cerca.
En fin, vamos con marzo, que es el mes de Marte.