El visitante atento del Museo del Prado encontrará la presencia insistente de una mujer en sus salas: Isabel Clara Eugenia, de quien encontrará retratos soberbios realizados por Sánchez Coello, por Pantoja de la Cruz, por Rubens.
Además, si investiga, encontrará que decenas de obras que custodia el Museo del Prado se deben a la intermediación de esta poderosa mujer.
Isabel San Eugenia fue primogénita de Felipe II en su matrimonio con Isabel Valois, y hasta la muerte de su padre en 1598 fue tratada como posible heredera y pieza fundamental en la cadena de sucesión.
Tras la muerte de su padre, lo que se convirtió es en co-soberana de los Países Bajos y, finalmente, gobernadora hasta 1633, año de su fallecimiento.
Como promotora de las artes, tuvo un papel enormemente destacado y por muy diversas iniciativas, pero especialmente por el papel que tuvo para la difusión de la obra de Rubens en España.
Eran tiempos en los que las relaciones entre Bruselas y Madrid se dirimían entre hermanos de la casa de Habsburgo.
Para conocer la personalidad histórica de Isabel Clara Eugenia es muy útil atender al retrato que le hizo Alonso Sánchez Coello en torno a 1587.
En esa época hacía dos años que su hermana había partido para Turín.
Isabel Clara Eugenia era la personalidad femenina más importante de la corte de Felipe II.
Sánchez Coello la representa en un retrato que con frecuencia ha sido calificado como un retrato de reina, más que un retrato de infanta y una obra llena de alusiones al lugar que ocupaba Isabel Clara Eugenia dentro del juego jerárquico de la corte.