En 1956, el arquitecto Frank Lloyd Wright propuso un rascacielos de un kilómetro y medio de alto.
Sería el edificio más alto del mundo por mucho, cinco veces más que la Torre Eiffel.
Pero muchos críticos se burlaron del arquitecto argumentando que la gente pasaría horas esperando el ascensor o, peor, que la torre colapsaría bajo su propio peso.
La mayoría de los ingenieros concordaban y, pese a la publicidad de la propuesta, la torre nunca se construyó.
Hoy, sin embargo, se construyen edificios cada vez más altos.
Hay empresas que planean construir rascacielos de más de un kilómetro de altura, como la Torre Jeddah en Arabia Saudita, tres veces más alta que la Torre Eiffel.
Pronto, la maravilla de Wright de un kilómetro y medio podría hacerse realidad.
¿Qué nos impedía construir estas megaestructuras hace 70 años y cómo construimos hoy una estructura de un kilómetro y medio de alto?
En toda construcción, cada nivel de la estructura debe poder resistir los niveles superiores.
Cuanto más alta es la estructura, mayor es el peso que ejercen los pisos de arriba sobre los de abajo.