Según una antigua leyenda china, siglos atrás aparecieron al unísono diez soles en el cielo.
Las cosechas comenzaron a secarse y morir, la gente a padecer hambre y miseria.
Fue entonces que un héroe llamado Houyi, muy poderoso y sensibilizado con el sufrimiento de sus congéneres, abrió su arco divino y consiguió derribar nueve soles de una vez, para luego ordenar a aquel solitario astro restante en el firmamento que en lo adelante, y con carácter estricto, subiera y bajara cada día a una hora determinada y beneficiara así al pueblo.
De esta forma, se construyó un relato luego convertido en famosa leyenda china, Houyi y el disparo al sol.
La esposa de Houyi se llamaba Chan'e.
Los dos eran talentosos y muy agraciados, y juntos vivían en completa felicidad.
Un día, sin embargo, Houyi se encontró por casualidad con la Reina Madre, quien le regaló un paquete con un medicamento inmortal.
Se decía que una vez que se tomase dicho contenido, la persona podría ascender inmediatamente al cielo y volverse inmortal.
Pero Houyi no quería dejar a su esposa sola en la tierra, por lo cual le entregó el medicamento con el propósito de que lo guardara bien.
Paralelamente, un ser malvado, enterado del asunto, quiso robar el medicamento cuando Houyi no estaba en casa.