Mi nombre es Roberto Martín, soy maestro pastelero y gerente de la confitería El Riojano, en la calle Mayor número 10 de Madrid.
El Riojano se abrió a mediados del siglo XIX y ha ido siempre pasando de jefes a empleados, hasta que ha llegado a mí, que soy su actual propietario.
La pastelería la abrió Damaso Mazo Marín que era el pastelero, por entonces, de la Reina Isabel II.
Todo el mobiliario actual perteneció a palacio.
Está hecho toda base de mármol, bronce y caoba.
En cuanto a la pastelería, al género que fabricamos, que producimos en El Riojano, como podéis ver, es una pastelería muy tradicional.
Yo mismo he querido innovar, como pastelero a nivel personal me gustaría haber hecho otro tipo de pastelería, pero no tenía salida, no se vendía.
Aquí lo que verdaderamente se vende en El Riojano es calidad y tradición.
Es decir, hablar de un bartolillo típico de Madrid, unos pestiños, un bizcocho de soletilla, un mojicón, los merlitones...
Pastelería tradicional y con calidad de toda la vida, que prácticamente ya en ningún local de Madrid se consigue ver.