Era así una vez una excepción en nuestra lengua y una duda que atormentaba a sus hablantes.
La excepción está justo en esa fórmula con la que empezamos todos los cuentos: "Era así una vez" y la duda en frases como "Voy a verlo" o "Lo voy a ver, que es lo correcto y que le pasa al era se y que es lo que vas a ver".
Pues un vídeo maravilloso sobre pronombres, ¡quedate!
Lo habitual es que nos enseñen a clasificar las palabras por la categoría gramatical, clasificándolas en sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, etc. y así aprendemos las propiedades que las palabras tienen en función de la categoría gramatical a la que pertenecen.
Aprendemos muchos de los rasgos que las palabras poseen en función de la categoría gramatical a la que pertenecen.
Este enfoque sin duda es útil porque te permite entender cómo usar después las palabras.
Pero, pero, resulta que también hay propiedades que las palabras tienen o no tienen que son importantísimas y que no es posible atribuir tan, tan tajantemente a la categoría gramatical.
Por eso mismo nos suelen pasar un poco más desapercibidas.
Yo hoy quiero llamar la atención sobre una de ellas, porque, te lo digo desde ya, si yo fuera una palabra en lugar de pedirme ser una palabra bonita o con un significado chulo, lo primero que yo elegiría es poder ser una palabra tónica.
Esta, aunque tal vez no estes acostumbrado a ver su importancia, es una primera característica capital que divide a las palabras.
