El emperador reconoció que ya no había nada más que hacer y frente a los arcabuses y ballestas que le apuntaban desde el vergantín, finalmente se rindió.
Bajo los pendones se iban agrupando, según su oficio, los ciudadanos libres de Barcelona; todos, como exigía la ley, armados con una ballesta, una aljaba con cien saetas y una espada o una lanza.
En el lago titicaca podrás encontrar las islas flotantes de los huros y más el guascaran en la sierra del perú, la montaña de los siete colores en cuzco, la reserva nacional de paracas e islas ballestas en ica.