5.Sufrí con este amo mil males. En esta época yo ya era adolescente y un día, cuando entraba en la iglesia mayor, un capellán me contrató como sirviente suyo.
6.Finalmente, él habló de manera, que hizo sospechoso al retor, codiciosos y desalmados a sus parientes, y a él tan discreto, que el capellán se determinó a llevársele consigo a que el Arzobispo le viese y tocase con la mano la verdad de aquel negocio.