Fundados en el rechazo o el odio hacia las víctimas, quienes perpetraron semejantes acciones, quebrantaron la paz pública y abrieron las puertas a enormes disputas sociales.
La disputa fronteriza está ahora ante la Corte y el Secretario General no expresa opinión sobre asuntos que son objeto de procedimientos judiciales en curso.
La causa primera, como en los grandes pleitos de la historia, fue una divergencia mínima por asuntos de dinero y jurisdicción entre las clarisas y el obispo franciscano.