Entonces, la ansiedad matemática, además de hacerte sentir mal, también puede dañar tu rendimiento, empeorando tu angustia y creando un círculo vicioso del cual es difícil salir.
Ambos tipos de smog irritan los ojos, nariz y garganta, agravan enfermedades como el asma y el enfisema, y aumentan el riesgo de infecciones respiratorias como la bronquitis.