Los gobiernos, y especialmente los contribuyentes más importantes, deben hacer oír su voz colectiva proporcionando directrices de política a los organismos.
Concretamente, los países en desarrollo deben tener mayor voz en la adopción de las decisiones económicas y el establecimiento de las normas internacionales.
Las respuestas de las mujeres permiten llegar a la conclusión de que los hombres no tienen la última palabra en cuestiones importantes para la familia.
Los países en desarrollo deben poder expresarse en la adopción de políticas macroeconómicas mundiales y el Consejo debe desempeñar un papel integral en ese proceso.
Sin embargo, eso no sería así si se concede a las instituciones nacionales los mismos derechos a intervenir que, por ejemplo, a las organizaciones no gubernamentales.
En segundo lugar, en la ampliación del Consejo de Seguridad se debe dar prioridad al aumento de la representación y la voz de los países en desarrollo.
En segundo lugar, debe darse mayor voz y participación a los países en desarrollo en las instituciones mundiales encargadas de la adopción de decisiones y el establecimiento de normas.
El paso siguiente será ratificar el proyecto de Constitución mediante un referéndum nacional que se celebrará el 15 de octubre, cuando el pueblo del Iraq tendrá la última palabra.