Los árboles solventaron este primer problema incluso antes de abandonar los climas cálidos, porque las burbujas de aire también son un problema durante las sequías.
Cuando las plantas trabajan más para extraer agua del suelo, sus tuberías pueden absorber sin querer pequeñas burbujas de aire del tejido que las rodea.
Pero la explicación más común de por qué al estirar las articulaciones se produce este sonido de burbujas reventadas es que, de hecho, hay burbujas allí.
Así que, para sobrevivir al frío, los árboles tienen que evitar dos cosas: burbujas en sus tuberías y cristales de hielo que causen daño directo en sus células vivas.