Retrasa los adelantos en las zonas afectadas directamente y socava los esfuerzos colectivos por erradicar la pobreza y el hambre en el continente africano.
Las Naciones Unidas calculan que 180.000 personas han muerto a causa de la violencia, las atrocidades, el hambre y las enfermedades provocados por el conflicto.
Finalmente, prometieron a los lugareños una vida sin hambre en la eternidad y desaparecieron enseguida, pero las cabras quedaron convertidas en piedras.