每日西语听力

当前播放

2

Gritaron, y no hubo respuesta; gritaron y silbaron, y durante el resto de la noche ya no pudieron dormir.

Al romper el alba vieron las huellas que había dejado su caída. Parece imposible que no hubiera podido emitir un sonido.

Había resbalado hacia el este, hacia la ladera desconocida de la montaña; mucho más abajo había chocado contra un escarpado glaciar, y había seguido bajando abriéndose camino en medio de una avalancha de nieve. Su rastro seguía hasta el borde de un espantoso precipicio, y más allá de éste todo era misterio.

Más abajo, brumosos en la distancia, alcanzaron a ver unos árboles irguiéndose en un valle estrecho y cerrado: el perdido país de los ciegos.

Pero ellos no sabían que era el perdido país de los ciegos, ni podían de ninguna forma distinguirlo de cualquier otro estrecho fragmento de valle de tierras altas.

Acobardados por el desastre, por la tarde abandonaron su intento, y Pointer fue llamado a filas antes de que pudiera llevar a cabo otro ataque.

Hasta el día de hoy la cima del Parascotopetl no ha sido conquistada, y el refugio de Pointer se deshace entre la nieve sin que nadie haya vuelto a usarlo.

Y el hombre que había caído sobrevivió.

Al llegar al final de la pendiente había caído mil pies, y se desplomó en medio de una nube de nieve sobre un glaciar aún más escarpado que el de arriba. Al llegar a éste se encontraba mareado, aturdido e insensible, pero sin un solo hueso roto; y entonces, por fin, llegaron unas pendientes más suaves, y por fin dejó de rodar y quedó inmóvil, sepultado por el suave montón de masas blancas que le habían acompañado y salvado.

Volvió en con la oscura sospecha de que estaba enfermo, en la cama; luego, con su inteligencia de montañero, se dio cuenta de su estado, y, después de descansar un rato, se liberó del manto de nieve que le cubría hasta que alcanzó a ver las estrellas.

下载全新《每日西语听力》客户端,查看完整内容
点击播放