Habían pasado cuatro o cinco años desde aquel día, pero en mi memoria permanecía intacto todo el proceso de realización delvestido porque participé de manera activa en todas sus fases.
Hace muchos años, en una ciudad, vivía un señor que tenía una costumbre bastante singular: nunca hacía nada sin consultar antes un libro que tenía para seguir al pie de la letra las instrucciones que encontraba en él.