Mientras más luz obtiene una planta, más energía tiene para hacer azúcar y cultivar tulipanes y albaricoques y hacer todas las demás cosas que las plantas hacen.
Al cabo de tres horas y media volvió, trayendo en la cabeza una bandeja de plata, en la cual había un pan, un pollo asado y cuatro albaricoques maduros.
Bueno, la magia de aquellos años aún vive casi intacta en Los Albaricoques y en las tres ubicaciones de rodaje del inmenso desierto de Tabernas, transformadas hoy en atracciones turísticas.
Nos paramos muy lejos, mucho después de la mantequería del señor Compani, que es muy amable y donde mamá compra la mermelada de fresas que es fenomenal porque no tiene semillas, no es como los albaricoques.