Del fondo removido se levantó entonces una tufarada insoportable que la señora Prudencia Linares reconoció como el aliento de cangrejos podridos del patio de su casa.
Y hace relativamente poco tiempo, un pequeño cangrejo de río de Alemania demostró lo poco que sabemos en realidad, pero hablaremos más sobre él más adelante.
爱丽丝梦游仙境 Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas
Nunca tuve tiempo suficiente -se excusó el Grifo. -Pero sí que iba a las clases de Letras. Y teníamos un maestro que era un gran maestro, un viejo cangrejo.