Reconocemos que el derecho inalienable de todos los Estados partes, reconocido en el artículo IV, constituye una de las disposiciones fundamentales del Tratado.
Este pagaré era una promesa de que a todos los hombres —sí, a los hombres negros, a los hombres blancos— se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, a la libertad .
Sólo por ese camino inalienable de ser hombres comunes llegaremos a restituirle a la poesía el anchuroso espacio que le van recortando en cada época, que le vamos recortando en cada época nosotros mismos.
Volker Turk recordó que el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos es el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo.