Portan un título incomparable, pues la playa de Rodas, la más famosa de las islas, fue considerada por el diario inglés The Guardian como la playa más bonita del mundo.
Así se le fue pasando el tiempo, entre el coloso de Rodas y los encantadores de serpientes, hasta que su esposa le anunció que no quedaban más de seis kilos de carne salada y un saco de arroz en el granero.