El prelado que recibiría el informe era confesor de la emperatriz; nadie ignoraba que ese ministerio exigente le vedaba las íntimas delicias de la teología especulativa.
Antes, la teología me interesó, pero de esa fantástica disciplina (y de la fe cristiana) me desvió para siempre Schopenhauer, con razones directas; Shakespeare y Brahms, con la infinita variedad de su mundo.
Averroes, que había comentado la República, pudo haber dicho que la madre del Libro es algo así como su modelo platónico, pero notó que la teología era un tema del todo inaccesible a Abulcásim.
Algunas discusiones que hay en mis libros, de teología o de política o de amor, son conversaciones que yo he tenido con ellos y que en las libretas uno puede pulir, depurar, si es posible mejorar, simplificar.
A estudiar teología, en diferentes cursos, a estudiar la Biblia, y diferentes documentos sagrados o religiosos o filosóficos, como puede ser el Tipitaka, del budismo, el Corán, que lo tengo aquí en la mesa.
El pilar del cristianismo sería la resurrección, porque la teología me dice que el hombre se separa de Dios cuando decide obrar por su bien, tomando las acciones buenas o pecaminosas, pero dependiendo de su voluntad.