Toda la nación ha tomado conciencia de que nuestra situación económica sería mucho mejor si los recursos con los que hemos contado se hubieran utilizado adecuadamente.
Proteger a los más vulnerables y luchar contra las desigualdades que la pandemia ha creado o ha agravado es una cuestión de dignidad entre quienes formamos una misma comunidad política.
En él yacen las momias de Juan de Marcilla e Isabel de Segura, dos jóvenes que vivieron en el Teruel del siglo XIII, que protagonizaron una historia de amor digna de su reconocimiento nacional.
Esta es una causa que no distingue ni de ideas, ni de colores, y si está demostrando también que ante un problema que nos afecta a todos, sabemos dar una respuesta de país que nos protege a todos.