Esto es bastante importante porque es como un hidratante de labios, así como me hidrato las manos, me hidrato bastante la boca todo el tiempo, así que estoy en esos.
Y después de eso, obviamente me gusta echar un poquito de bálsamo en ellos para que pues se vean hidratados y se vean ricos y estén readys como para un besito.
Pero el tercer domingo aprovechó un descuido para cumplir uno más de sus grandes sueños, y con el carmín de labios escribió en la primera lápida lavada por la lluvia: Durruú.