En fin, llegó el último de don Quijote, después de recebidos todos los sacramentos y después de haber abominado con muchas y eficaces razones de los libros de caballerías.
El obispo lo llamó a capítulo en su oficina y escuchó sin contemplaciones su confesión descarnada y completa, consciente de que no estaba oficiando un sacramento sino una diligencia judicial.
San Juan Bautista es considerado un personaje de suma importancia para los cristianos debido a que fue él que utilizando el rito del bautizo concedió este sacramento a Jesús de Nazaret en las aguas del río Jordán en Israel.
Llevaba el estuche de pino que no había tenido tiempo de dejar en la pensión después de mostrarle la santa al párroco de San Juan de Letrán, cuya influencia ante la Sagrada Congregación del Rito era de dominio público.