Por error, el baúl con mis evening gowns, con todos los meus trajes de noite, ha acabado también allí anesperadamente, estoy espetando que me lo envíen back, de vuelta.
Digo esto porque, si no me engaño, hacia nosotros viene uno que trae en su cabeza puesto el yelmo de Mambrino, sobre que yo hice el juramento que sabes.
Escapó despavorida, pero se equivocó de sentido en el corredor, y se encontró con la tía Antonieta que iba a poner una bombilla nueva en la lámpara de mi cuarto.