El Consejo de Seguridad fue ignorado y asistió después a la humillación de aceptar dócilmente una guerra de rapiña a la que antes se habían opuesto la mayoría de sus miembros.
Váyase vuesa merced, señor hidalgo -respondió don Quijote-, a entender con su perdigón manso y con su hurón atrevido, y deje a cada uno hacer su oficio.
Tomado, pues, entre los tres este apuntamiento, quien primero le puso en plática fue Halima, bien así como mujer, cuya naturaleza es fácil y arrojadiza para todo aquello que es de su gusto.
Sin embargo, ahora el manso, el humilde y el hombre común son los " buenos" , mientras que los agresivos, los poderosos, los fuertes, los orgullosos, son los " malos" .